Las autoridades rusas incluyen a Yulia Navalnaya en la lista de extremistas y terroristas

Cinco meses después de que Alexei Navalny muriese en prisión en circunstancias extrañas, Yulia Navalnaya, su viuda y una figura relevante en la disidencia, ha sido incluida en la lista de terroristas y extremistas de Rusia.

Las autoridades rusas no han especificado los cargos contra la viuda. Una fuente de la agencia rusa Interfax afirma que la investigación acusa a Yulia Navalnaya de "crear y distribuir vídeos en Internet destinados a desacreditar a las autoridades y recaudar donaciones para FBK", la fundación contra la corrupción de Alexei Navalny.

Un fallo judicial de 2021 que ilegalizó la fundación y sus oficinas regionales ha obligado a muchos de sus colaboradores cercanos y miembros de su equipo a abandonar Rusia. Ahora el régimen parece dispuesto a perseguirlos fuera del país.

El pasado 9 de julio se supo que la viuda del líder de la oposición rusa fue acusada de participación en una comunidad extremista en base al Código Penal de Rusia. A partir de ese momento Navalnaya fue incluida en la lista federal de personas buscadas en Rusia. Al mismo tiempo, el Tribunal Basmany de Moscú la arrestó in absentia, dando luz verde a su encarcelamiento automático si pisa en Rusia o en algún país dispuesto a extraditarla.

CONTRA TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES DE NAVALNY

Poco después de la muerte de Navalny, Yulia Navalnaya anunció que continuaría el trabajo de su esposo. Tanto ella como su marido tuvieron siempre afinidades políticas: ella y Navalny eran miembros del partido liberal Yabloko cuando se vieron por primera vez en Estambul. El miércoles, Navalnaya aludió en un post de Instagram a ese primer encuentro. "Oh, Alexei-Alexei...Si lo hubiera sabido entonces en Turquía, habría pensado 10 veces si ir a los bolos contigo... En realidad, no. Aun así iría sin dudarlo". Navalnaya vive ahora fuera de Rusia, igual que otros represaliados por la dictadura de Vladimir Putin.

La portavoz de Navalnaya, Kira Yarmysh, ha comentado en redes sociales este paso de las autoridades diciendo que "si son tan susceptibles significa que Yulia lo está haciendo todo bien".

El discurso oficial ruso y su propaganda mantuvieron durante años que Navalny era irrelevante y que su persecución judicial era por casos de corrupción. Pero tras su envenenamiento en 2020, el régimen adoptó un enfoque más duro, lanzándose contra él y contra todos y cada uno de sus colaboradores con acusaciones de extremismo, una categoría penal que implica pena de cárcel en Rusia.

El caso abierto por formar parte de una "comunidad extremista" contra el político opositor y sus aliados se abrió en septiembre de 2021, con Navalny ya preso a su regreso a Moscú. La primera persona detenida en este caso fue la ex jefa del cuartel general de Navalny en Ufa, Liliya Chanysheva, que fue condenada a 9 años y medio de prisión.

Dentro de este caso, que ha sido denunciado por la disidencia y colectivos de derechos humanos como un proceso político, también fueron sentenciados la antigua jefa de la delegación del movimiento de Navalny en Tomsk, Ksenia Fadeeva y el que fue director técnico del canal de YouTube Navalny Live, Daniel Jolodny. Los abogados que defendieron a Navalny durante muchos años también han sido objeto de procesos penales: Vadim Kobzev, Alexey Liptser e Igor Sergunin fueron enviados a un centro de prisión preventiva. Se decretó el arresto de Olga Mijailova y Alexander Fedulov, que sin embargo escaparon de la prisión porque abandonaron Rusia antes.

Navalny fue encarcelado tras regresar a Moscú en enero de 2021 desde Alemania, donde se estaba recuperando del envenenamiento por el agente nervioso Novichok, del que culpó al Kremlin. Cuando murió cumplía 19 años en una colonia de régimen especial. "Es una condena de por vida, está por ver si por toda la vida de Putin o la de Navalny", dijo en diciembre de 2023 a EL MUNDO Maria Pevchij, mano derecha de Navalny en sus investigaciones contra la corrupción.

REPRESIÓN Y ASESINATO EN PRISIÓN

La represión del Kremlin contra activistas de la oposición, periodistas independientes y críticos del Gobierno se ha intensificado desde que Rusia invadió a gran escala Ucrania en febrero de 2022. Cientos de personas han afrontado cargos penales por protestas y declaraciones de condena a la guerra en Ucrania, y miles han sido multados o encarcelados.

El líder opositor fue trasladado a una colonia en la aldea de Jarp en la región de Yamalo-Nenets, donde murió el 16 de febrero de 2024. Navalnaya acusó a Putin de la muerte de su marido y prometió continuar con sus actividades.

Las autoridades rusas negaron vehementemente su participación en el envenenamiento y la muerte de Navalny y dijeron que se sintió mal después de una caminata, pero jamás dieron más detalles sobre su muerte. Durante los días siguientes impidieron las muestras de duelo de sus seguidores, amenazando y deteniendo a los que colocaban velas.

La proyección pública de Navalnaya no ha dejado de crecer desde entonces, incluso entre rusos que no eran seguidores activos de Alexei Navalny y que se sintieron identificados con el sufrimiento de una familia y la rabia de un movimiento político.