Sánchez no se compromete a dar estabilidad a los gobiernos del PP y exige a Feijóo que apoye la Ley de Extranjería

La ruptura de los gobiernos autonómicos del PP y Vox ha sido recibida con alegría por el Gobierno y por el PSOE. "Hoy es un gran día para España. Es un país mejor porque la ultraderecha no gobierna en determinados gobiernos autonómicos", ha sido la reflexión que ha lanzado Pedro Sánchez desde Washington, donde ha participado en la cumbre de la OTAN. Pero el presidente del Gobierno no se compromete a dar estabilidad a los gobiernos del PP, pese a que en varias ocasiones instó a los populares a que rompieran esos pactos y que en federaciones suyas creen que debería hacerse.

Sánchez ha dejado sentado que el apoyo que puedan dar los socialistas a los populares "va a depender de las políticas", pero dejó unos avisos a Alberto Núñez Feijóo sobre los siguientes pasos que considera que debe dar: le emplazó a romper los acuerdos en más de un centenar de ayuntamientos que tiene con Vox y a derogar todas las leyes que han aprobado estos gobiernos de coalición en materia de violencia de género o de memoria democrática. Y una exigencia por encima de todas: que apoye la Ley de Extranjería que obliga al reparto de menores migrantes entre comunidades autónomas.

Las comunidades que preside el PP han aceptado de manera voluntaria la acogida de 347 menores migrantes no acompañados en un acuerdo que se fijó esta semana en la Conferencia Sectorial de Infancia que se celebró en Tenerife. Pero los populares han dejado en el aire, al menos no han fijado posición clara, lo que harán con la Ley de Extranjería que ya fija como obligación este reparto, a fin de aliviar territorios como Canarias, Ceuta o Melilla.

Y respecto a las leyes aprobadas por estas coaliciones, precisamente este mismo jueves, horas antes de que Abascal oficializara la ruptura con el PP, ambas formaciones aprobaban en la Comunidad Valenciana de manera definitiva la llamada Ley de Concordia que pretende derogar la Ley de Memoria Democrática.

Esa posibilidad de dar estabilidad a los gobiernos autonómicos del PP ahora que dejan de gobernar con Vox ha surgido desde las propias filas socialistas. En federaciones como Madrid, Castilla y León o Extremadura sus líderes regionales han planteado públicamente esa opción que, sin embargo, no es del todo secundada por la dirección nacional del partido: "Los problemas del PP y sus socios no nos interesan lo más mínimo". Los cinco gobiernos de coalición que se rompen tras la decisión de Santiago Abascal de salir de los mismos son Extremadura, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Murcia y Aragón.

Para Sánchez la clave no es que Vox haya decidido romper estas coaliciones, pese a la trascendencia política que tiene la decisión, sino que, a su juicio, "la clave es si el PP va a romper con las políticas que ha aprobado con Vox. Ésa es la decisión trascendental que debe tomar el PP: si quiere hacer una oposición constructiva o quiere continuar aprobando políticas ultraderechistas".