Movilización masiva de las Fuerzas de Seguridad para detener a Puigdemont

Están desplegados todos los agentes posibles para poner fin a una situación que afecta de forma importante la imagen de la Policía Nacional, la Guardia Civil, los Mossos d'Esquadra y también el Centro Nacional de Inteligencia. Todo ello después de que el Gobierno de Pedro Sánchez decidiera eliminar el control de las actividades ilegales independentistas para dar satisfacción a sus socios.

A partir de este momento la detención de Puigdemont es prioritaria porque su fuga pone en cuestión la eficacia de una herramienta fundamental del Estado, como son las Fuerzas de Seguridad.

Estupor es la palabra que mejor define el estado de ánimo de los responsables de las Fuerzas de Seguridad en Cataluña y muy particularmente de los Mosos, que han visto cómo el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, les burlaba cuendo lo tenían a solo unos metros de distancia. El fallo en cadena no es sólo atribuible a la Policía autonómica; tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional y el Centro Nacional de Inteligencia no han aportado información alguna para que se pudieran abortar los planes del líder secesionista.

Sala de crisis

La falta de actividad de los servicios de Información e Inteligencia, provocada por las órdenes del Gobierno de que no se controlen las actividades ilegales del independentismo ni de sus líderes, han permitido a Puigdemont preparar con absoluta tranquilidad su regreso a España y todos sus movimientos. En este caso los Mossos tienen menos responsabilidad, porque no pueden actuar fuera de su demarcación, pero lo que trasladan fuentes de la investigación es que lo más probable es que el expresidente de la Generalitat lleve varios días en Cataluña oculto en algún lugar y que es allí donde se han grabado sus últimos vídeos.

Los Mossos d'Esquadra daban por descontado que no podrían impedir que el buscado accediera a la concentración del Paseo Lluis Companys, pero lo que no entraba en el guión es que el líder secesionista se escabullera entre las bambalinas del escenario montado por el independentismo, sin que aparentemente el dispositivo desplegado en la zona lo detectase

La falta de actividad de la Inteligencia, por la orden del Gobierno de no controla las actividades de los independentistas, le ha permitido preparar su vuelta con tranquilidad

La sala de crisis puesta en marcha para la ocasión por los Mossos d'Esquadra, de la que forman parte los principales mandos del Cuerpo, decidieron blindar Cataluña en cuanto tuvieron constancia de que su dispositivo había sido burlado por Puigdemont. La Policía y la Guardia Civil también fueron activadas pero de momento no hay resultados. Hay que recordar que hay una veintena de carreteras que unen Francia con Cataluña, lo que complica las cosas.

Los controles se han montado en todas las carreteras de salida de Barcelona y nudos de comunicación, pero también en el resto de la Comunidad, porque el fugitivo les lleva ventaja. Se están utilizando todos los medios disponibles y la sensación generalizada a estas horas es que va a ser muy difícil que las Fuerzas de Seguridad puedan recuperarse de esta imagen de ineficacia que han trasladado en todo lo que rodea este asunto, independientemente de que sus responsables políticos les hayan dado órdenes que limiten su capacidad operativa.

Las próximas horas van a ser cruciales. Si no se produce una detención rápida elcoste para la reputación de todas las Fuerzas de Seguridad va a ser enorme. Lo que está claro es que Puigdemont ha conseguido que lo que debía ser importante, que es la investidura de Salvador Illa, pase a ser una mera anécdota. Mientras, el Gobierno central, mantiene silencio, como si lo ocurrido no fuera también con él.