Ferrari se protege de la fuga de datos hacia Aston Martin

Nueve meses atrás, Aston Martin anunció el fichaje de un estratega clave en Ferrari, el diseñador especialista en aerodinámica Enrico Cardile. Un ingeniero de gran reputación en la F1, con 20 años de experiencia en Ferrari, que pasaba a completar en 2025 la nómina de expertos que acompañarán al genio del diseño Adrian Newey, fichaje estrella de nivel piloto campeón al que alguna publicación ha atribuido un sueldo de 30 millones anuales.

Red Bull también estableció un periodo de carencia para Newey, quien se incorporó a las oficinas de Aston en Silverstone el pasado lunes. Pero Ferrari comenzó a sospechar que Cardile, quien también debía empezar el 3 de marzo, llevaba tiempo trabajando en la sombra para la escudería de Fernando Alonso y había incumplido el denominado 'gardening'.

El 'gardening' es una cláusula que no permite a un empleado que cambia de equipo empezar a trabajar en su nuevo destino nada más despedirse de su escudería. El trabajador puede ser obligado, en el acuerdo de rescisión, a ausentarse varios meses de la F1 o incluso una temporada.

Ferrari recurrió a los tribunales para proteger esa fuga de datos, que en otras ocasiones le ha beneficiado. Y dijo en un comunicado que «hace unas semanas el Tribunal de Módena (...), ordenó a Enrico Cardile cesar inmediatamente cualquier forma de colaboración con Aston Martin hasta el próximo 18 de julio (...) Ha constatado que nuestro exempleado ya violaba el compromiso de no competencia».

Aston Martin ha dividido su compañía en dos grupos, los que trabajan para 2025 y los de 2026, con el nuevo reglamento técnico y Newey al frente. Cardile va a empezar demasiado tarde.