Desvelan que la dieta keto es un aliado eficaz contra el cáncer de páncreas

Ahora, un grupo de trabajadores de la Universidad de California, en San Francisco, ha dado con un método eficaz contra el cáncer de páncreas, y es nada más y nada menos que una de las dietas más populares en los últimos años: la dieta keto.

La dieta cetogénica o keto se caracteriza por ser una dieta alta en grasas (por encima del 50 % del gasto energético total), con proteínas moderadas y baja en carbohidratos (algunos autores señalan por debajo del 10 %), de tal modo que se induce a un estado de cetosis en nuestro organismo. En este estado, cetosis, el cuerpo busca obtener energía a partir de la grasa, en vez de emplear la glucosa para ello. Ya se había demostrado con el cáncer de mama que al privar a las células malignas de glucosa (su principal fuente de energía) estas se encuentran vulnerables frente a la quimioterapia, la radioterapia u otras opciones terapéuticas.

Las células cancerosas se morían de hambre

Ahora, el trabajo de los científicos estadounidense ha consistido en someter a ratones de laboratorio a esta dieta rica en grasas, acompañada siempre de terapia, para probar su eficacia con otros tipos de cáncer. «Nuestros hallazgos nos llevaron directamente a la biología de uno de los cánceres más mortales, el cáncer de páncreas», explica Davide Ruggero, PhD, profesor titular de la Cátedra Goldberg-Benioff y profesor de investigación de la Sociedad Estadounidense del Cáncer en los Departamentos de Urología y Farmacología Molecular Celular de la UCSF y autor principal del artículo.

El equipo de Ruggero ha descubierto por primera vez cómo una proteína, la eIF4E, es capaz de modificar el metabolismo del cuerpo para que durante el ayuno consuma el máximo de grasas posibles. Mediante las pruebas que hicieron, se dieron cuenta que ocurre exactamente lo mismo cuando el animal seguía una dieta cetogénica. Además, observaron que un nuevo fármaco contra el cáncer llamado eFT508, actualmente en ensayos clínicos, bloquea el eIF4E y la vía cetogénica, impidiendo que el cuerpo metabolice la grasa. Cuando los científicos combinaron el fármaco con una dieta cetogénica en un modelo animal de cáncer de páncreas, las células cancerosas se morían de hambre porque no eran capaz de encontrar una fuente de energía.

«Nuestros hallazgos abren un punto de vulnerabilidad que podemos tratar con un inhibidor clínico que ya sabemos que es seguro en humanos», dice Ruggero. «Ahora tenemos evidencia sólida de una forma en la que la dieta podría usarse junto con terapias preexistentes contra el cáncer para eliminar con precisión un cáncer».

Dieta antes del tratamiento

Antes de dar con la clave —la dieta keto— los científicos primero trataron el cáncer de páncreas únicamente con el eFT508. Sin embargo, observaron que más que reducir los tumores pancreáticos, estos continuaban creciendo, porque se sostenían por la glucosa o carbohidratos. Sabiendo que el cáncer de páncreas puede proliferar con la grasa y que el eIF4E es más activo durante la quema de grasa, los científicos primero sometieron a los animales a una dieta cetogénica, obligando a los tumores a consumir solo grasas, y luego los sometieron al medicamento, que es capaz de bloquear el eIF4E. En este contexto, el eFT508 fue capaz de suprimir el único sustento de las células cancerosas y los tumores redujeron de tamaño.

Ruggero fue quien desarrolló con otros compañeros el eFT508 en la década de 2010, y mostró resultados prometedores en ensayos clínicos. Pero ahora, más de diez años después, han dado con una forma mucho más eficaz de utilizarlo.

Cambios genéticos al ayunar

Existen varios estudios que demuestra que el cuerpo cambia cuando se practica el ayuno. Los humanos, por ejemplo, pueden sobrevivir varios días sin comida, porque el cuerpo comienza a buscar otras fuentes de energía, como la grasa que ya tiene almacenada, para sobrevivir. Pero también se ha demostrados que los beneficios van más allá de la perdida de peso.

«El ayuno ha formado parte de diversas prácticas culturales y religiosas durante siglos, y a menudo se ha creído que favorece la salud», afirma el doctor Haojun Yang, investigador postdoctoral en el laboratorio de Ruggero y primer autor del estudio, quien afirma que su hallazgo «de que el ayuno remodela la expresión genética ofrece otra explicación biológica de estos beneficios».