Keir Starmer impulsa un plan de acción de la IA para estimular el crecimiento económico y acortar las listas de espera en la sanidad pública

El primer ministro británico Keir Starmer ha anunciado este lunes un ambicioso plan de acción en 50 puntos para impulsar el desarrollo y la implantación de la Inteligencia Artificial (IA) en el Reino Unido. "Esta es la carrera global de nuestras vida y estoy determinado a convertir nuestro país en una superpotencia de la IA", aseguró Starmer en un discurso en Londres, con el trasfondo de la caída de la libra y la incertidumbres sobre la marcha de la economía.

El Reino Unido es hoy por hoy la tercera potencia mundial en IA, detrás de Estados Unidos y China. Según estimaciones del Gobierno, el desarrollo de las nuevas tecnologías podría aumentar la productividad anual en más del 1,5% y traducirse en un estímulo de 550.000 millones de euros en la próxima década para la alicaída economía británica.

Starmer anunció la creación de la primera "zona de crecimiento de la IA" en Culham, en las inmediaciones de Oxford y cerca de la Autoridad de la Energía Atómica. El plan incluye la creación de hasta una decena de hubs similares en todo el país, con exenciones fiscales para atraer a los inversores y con prioridad a las zonas desindustrializadas.

El premier anticipó la firma de contratos millonarios en los próximos cinco años con el sector público para implantar la IA en sectores como la sanidad y la educación pública. El plan incluye la construcción de un nuevo "superordenador", con sede en la Universidad de Edimburgo, retomando la iniciativa del anterior jefe de gobierno Rishi Sunak, que convocó la primera conferencia mundial sobre "seguridad" de la IA en su breve mandato de 14 meses (con la presencia estelar de Elon Musk).

Microsoft, OpenAi y Anthropìc fueron las primera compañías en celebrar públicamente el anuncio de Starmer, alegando que la industria de la IA "necesita un Gobierno que esté de su lado". El líder laborista respondió directamente a una pregunta sobre su disposición a colaborar con el hombre más rico del mundo y propietario de X y x.AI: "Estoy dispuesto a colaborar con Elon Musk y con cualquier otro en el sector".

Arropado por Peter Kyle, su secretario de Ciencia Tecnología y principal artífice de su plan, Starmer proclamó en un tono optimista que la IA es "una fantástica oportunidad" para todos los sectores y minimizó los riesgos como la pérdida de puestos de trabajo o el derecho a la privacidad (especialmente con la innovaciones que planea introducir en el Servicio Nacional de Salud y que puede entrar en conflicto con la protección de datos de los pacientes).

"Estamos ante un revolución que está ocurriendo más rápido que todas las experimentadas hasta la fecha", dijo Starmer. "Algunos países van a hacer grandes progresos y los van a exportar. Otros países acabarán importándolos. La gran pregunta es: ¿Será el Reino Unido un fabricante o un comprador?".

"Somos el país europeo líder en inversiones en el sector, pero el Gobierno tiene que hacer más", declaró. "Estoy convencido de que el Reino Unido puede ser el mejor lugar para empezar y para 'escalar' una empresa de IA. Esa será la pieza central de nuestra estrategia industrial. No ha habido un mejor momento para que los emprendedores con grandes ideas puedan hacer crecer sus empresas".

Objetivo: revolucionar el sector público

Starmer intentó salir al paso de la inquietud de los británicos, que asocian principalmente la IA con palabras como "robot", "aterrador" o "preocupado", según un reciente sondeo auspiciado por el Gobierno.

"La IA no es algo que esté encerrado tras los muros de unas empresas punteras", advirtió Starmer. "Se trata de una fuerza de cambio que a mejorar las vidas de los trabajadores... Si a alguien le preocupa lo que va a suponer su introducción en las escuelas, la IA puede ayudar a los profesores a planear lecciones adaptadas a las necesidades específicas de cada alumno".

"Si lo que le preocupa a alguien es la falta de tiempo, la IA puede ayudar a ahorrar cientos de miles de horas en listas de espera", agregó Starmer, en una referencia concreta a las colas de la sanidad pública. " Tambén puede detectar más rápido los baches en nuestras calles y carreteras, agilizar las buscas de empleo y combatir la evitación de impuestos".

En un artículo en The Financial Times para promocionar su plan, Starmer vaticinó por último una "edad de oro de los servicios públicos", con incrementos en la productividad de las enfermeras, trabajadores sociales, profesores y agentes de policía: "Para millones de trabajadores en primera línea, la IA puede proporcionar el regalo del tiempo, con la liberación de tareas burocráticas y la posibilidad de volcarse en el cuidado y la conexión. Es la maravillosa ironía de la IA en el sector público: será un oportunidad para que los servicios sean más humanos".

Varios expertos, como Gaia Marcus, al frente del Ada Lovelace Institute, criticaron sin embargo el anuncio de Starmer por la ausencia de una "hoja de ruta" para minimizar los posibles impactos perjudiciales en el sector público y para anteponer "la seguridad, la responsabilidad y la ética" en el uso de datos por parte de la empresas privadas".