La difícil aventura de un escritor que se metió en política
Quiso ser, desde sus inicios, un gran novelista y un no menos ejemplar ciudadano. Ambas cosas, juntas y a la vez, pocos pudieron afrontarlas a lo largo de su vida
La presidenta peruana, Dina Boluarte; el primer ministro, Gustavo Adrianzen, y el canciller, Elmer Schialer, también llegaron al velorio a presentar sus respetos a la familia del autor hispano-peruano. El escritor chileno Arturo Fontaine y su esposa viajaron a Lima a acompañar a la familia. También estuvieron los exministros Pedro Cateriano y Diana Álvarez Calderón, así como el abogado Enrique Ghersi; la exdefensora del Pueblo, Beatriz Merino; su excorreligionario de 'Libertad', Miguel Cruchaga, y el empresario Ricardo Vega Llona. En el Parque de la Reserva, en la fuente del Circuito Mágico del Agua, se hizo un gran homenaje a Vargas Llosa a través de figuras acuáticas que atravesaban sus fotos y sus logros. Lo mismo hicieron en la escuela militar Leoncio Prado en La Perla, donde los estudiantes hicieron una parada con las letras «MVLL» mientras ponían música marcial.
«Mi padre era una persona universal, de manera que es natural que haya fuera de las fronteras del Perú congoja y tristeza por lo ocurrido. Pero nunca pensamos que tomaría las proporciones que ha tomado. Expresamos una infinita conmoción por lo que estamos recibiendo», declaró Álvaro Vargas Llosa en las afueras de su residencia en Barranco. «Hemos recibido mensajes de toda América Latina, de los Estados Unidos, de Europa, de Asia, de Oriente Próximo, de personalidades, de personas, de instituciones, de organizaciones, de gobiernos. Quisiera transmitir la enorme gratitud de toda mi familia», finalizó.
En Arequipa, ciudad donde nació Mario Vargas Llosa el 28 de marzo de 1936, declararon duelo regional el 14 y el 15 de abril señalando: «Descansa en paz ilustre arequipeño, tu legado perdurará por siempre en la memoria universal de las letras». Gracias al apoyo de Vargas Llosa y su familia, llegó el Hay Festival, que lleva ya diez años trayendo escritores de todo el mundo a la ciudad. Además, le donó parte de su biblioteca que forma parte de la Casa Arequipa y que está a disposición de los arequipeños desde 2021.
La huella de Vargas Llosa está presente en varios lugares de Lima, la ciudad que fue musa y escenario de novelas como 'Conversación en La Catedral', 'La ciudad y los perros', 'Travesuras de la niña mala', 'Cinco esquinas', 'El pez en el agua', 'Elogio a la madrastra' y cuentos como 'Los jefes' y 'Los cachorros'.
Si uno va al Parque Central en Miraflores puede encontrar la placa de uno de los diálogos de Zavalita, de 'Conversación en La Catedral', situada en ese distrito. En ella, el personaje Zavalita reniega de la lluvia que en Lima solo llega a ser garúa y no llega a mojar del todo, aunque sí moja. La ruta lleva a la casa donde vivió con sus padres, Ernesto y Dorita, en la Quinta de los Duendes, en la calle Porta en Miraflores. También muestra una quinta similar donde vivió con su primera esposa, Julia Urquidi, y con sus abuelos Llosa. Muchos de los lugares ya no existen y los organizadores llenan esos vacíos leyendo fragmentos de la Lima de los años 50 a través de los ojos de Vargas Llosa.
En entrevista con ABC, el autor del libro 'Mario Vargas Llosa para jóvenes', Luis Rodríguez Pastor, nos cuenta cómo nació la idea de hacer rutas con base en la obra de Varguitas: «En el contexto de los cincuenta años de 'Conversación' (1969), comencé una primera temporada de rutas que titulé 'Tras los pasos de Zavalita', que sigue lugares, episodios y personas del centro de Lima en los que se inspiró Mario Vargas Llosa». Cuando 'La ciudad y los perros' cumplió 60 años, Rodríguez Pastor estrenó la ruta 'Jaguares, poetas y esclavos', que recorre Miraflores. Las rutas que realiza son interactivas, recorren las calles, leen fragmentos de los libros y se intercambian documentos.
«El año pasado pudimos entrar a la 'Quinta de los Duendes', en la cuadra 1 de la calle Porta, y el domingo 6 de abril entramos por primera vez a la quinta en la que vivió junto a sus abuelos. Hace unos meses, fuimos junto a una familia a los escombros de lo que alguna vez fue el bar La Catedral; y recorrimos durante horas la antigua casona de la Universidad de San Marcos, donde estudió», explica Rodríguez Pastor.
«Cada experiencia es mágica porque redescubres la ciudad a través de su literatura al punto de que esas calles no volverán a ser las mismas ni esos libros tampoco», agrega. «Ese país conflictivo e incomprensible que lo vio nacer y morir es aquel que ha llevado en sus demonios y que ha exorcizado en algunas de sus más grandes creaciones. Él es el mayor exportador del Perú a nivel mundial, y lo ha hecho a través de sus novelas, pero también de sus obras de teatro, ensayos, artículos y más, de una manera apasionada y apasionante», dice Rodríguez Pastor.
«Tuvo una relación sistemática e intensa con su patria, definida por él mismo como de amor-odio. Esta fue visceral, profunda, veraz, lo que se palpa en la calidad e intensidad de sus creaciones de ficción y no ficción», finaliza.