Acompañada por los ministros de Interior, Matteo Piantedosi, y de Universidad e Investigación, Ana Maria Bernini, la primera ministra italiana explicó el resultado de su entrevista con el autoritario presidente tunecino: «Hoy hemos firmado tres acuerdos muy importantes: uno de apoyo directo al presupuesto tunecino en el sector de las energías renovables y de la eficiencia energética; una nueva línea de crédito en favor de las pequeñas y medianas empresas tunecinas, y un acuerdo marco de cooperación en el sector universitario y de educación superior«.
Giorgia Meloni es la única dirigente europea que mantiene un vínculo directo con Kais Saied, un presidente imprevisible y enigmático, acostumbrado a pedir siempre más dinero a cambio de evitar las salidas de migrantes. El Gobierno Meloni está haciendo todo lo posible para que las autoridades tunecinas prosigan con medidas para combatir el tráfico de seres humanos y contener las salidas de migrantes irregulares, muchos de ellos procedentes del Sahel que utilizan a Túnez como país de tránsito.
Aunque los desembarcos en las costas italianas han disminuido en este año, el Gobierno de Giorgia Meloni teme que las llegadas aumenten con el buen tiempo. Quiere evitarlo, sobre todo al estar ya prácticamente en campaña electoral para los comicios al Parlamento europeo el 9 de junio. Desde comienzos de año hasta hoy, desembarcaron 16.090 personas en las costas italianas (menos de la mitad con relación al mismo periodo del año anterior, cuando llegaron 34.142). Pero hay señales de alarma y se teme que la situación se agrave con la llegada del buen tiempo. En un mes, desde el 15 de marzo hasta el 15 de abril, desembarcaron 9.539 personas; es decir, el 60% del total desde el inicio del año. Las autoridades tunecinas hablan de más de 40.000 personas interceptadas por mar y tierra desde enero. Roma espera que esta actividad continúe y garantiza su compromiso para garantizar la entrada legal de tunecinos en Italia por motivos laborales.