La novena temporada del 'dating' que salva las audiencias de Telecinco llega pronto a su final, pero ya ha anunciado su renovación. Sandra reconoce que «la receta del éxito no la tiene nadie», pero apunta las claves que hacen de 'La isla de las tentaciones' el formato de moda: «La calidad de la edición, de la ambientación musical, del casting… Todo está cuidado para envolver los conflictos de pareja con los que se identifica el espectador, el amor, las traiciones, la decepción».
Como novelista, podría escribir un libro con todo lo que ha vivido en esas hogueras, pero por ahora prefiere aplicar las lecciones a su vida: «He aprendido a practicar la escucha activa, porque lo fácil es juzgar. Al principio me costó, pero al final la clave es entenderles. Ellos creen que conocen las reglas, pero desconocen cómo van a reaccionar ante sus sentimientos, con la separación, con los celos, o cómo se enfrentan al dolor. Y lo hacen desde el corazón, no hay guionista capaz de crear esos diálogos».
Éxito
Sandra defiende el juego que viven los participantes: «Hay que comprender que no hay un salvavidas para el amor. Tú puedes no fallar, pero te pueden fallar a ti. Lo que me gusta de ellos es que son inconscientes, viven y se dejan llevar. Creo que es bueno dejarse llevar por los deseos. Nos fijamos en los errores y olvidamos los alicientes de esa apuesta. Yo apuesto por lanzarme, siempre lo he hecho. He sido inconsciente porque había idealizado el amor, luego con el tiempo entendí su complejidad y, sobre todo, que no se puede querer si no te quieres. Debemos aprender a amarnos para poder amar».
«He aprendido a practicar la escucha activa, porque lo fácil es juzgar»
No se considera una mujer caprichosa: «Soy más bien deseosa, si algo me apetece, lo hago o intento hacerlo». Pero se reconoce soñadora: «Lo he sido siempre porque estoy todo el tiempo creando, no me aburro. Es imprescindible ilusionarse con algo». Y reconoce su secreto para encontrar la paz: «En mi interior, en el silencio». Ahí dentro bullen las ideas con las que luego crea universos en papel, pero no huye de la realidad usando la imaginación como excusa: «Estoy muy dentro de mí, lo vivo todo intensamente, exprimo la vida. Aunque sea escritora, no me salgo de mi realidad para ver el mundo como espectadora. Practico el agradecimiento y amo todos los días de la vida porque siempre encuentras algo que te reconforta».
Haciendo honor al programa que tantas alegrías le ha procurado, Sandra hace una confesión: «Mi última tentación ha sido enamorarme». Ha sido un paso importante, uno que no se da a ligera: «Cuando estás sola, aunque te quejes por ello, te haces fuerte en tu zona de confort, te sientes segura, a salvo. Pero enamorarse es arriesgarse, volverte vulnerable».
Diario personal
El 'emoji' que más usa: El de los ojos abiertos de par en par, expresando sorpresa. Me encanta. Como soy muy irónica, juego con sus distintos significados.
Se haría un 'selfie' con: Pues si me lo encontrara por la calle, le pediría una foto a Rob Jetten, posible nuevo primer ministro de los Países Bajos. Liberal, gay, con un novio argentino que es jugador de hockey, ha desbancado a los ultras.
Un momento 'tierra, trágame': Soy muy despistada, lo paso fatal cuando alguien me saluda efusivamente, obviamente porque me conoce, pero soy incapaz de recordar su nombre.
Un sacrificio por la fama: No creo haber hecho muchos porque he hecho una vida normal. En todo caso, no tener más tiempo para los míos es algo que me gustaría cambiar.
Un lugar para perderse: Ámsterdam.
Tiene miedo a: La muerte de mi sobrino me hizo cuestionar muchas cosas, pero sobre todo me hizo ver que debo vivir en el ahora. He asumido que no puedo controlarlo todo en la vida, que la debo vivir dejando los miedos a un lado. Esa pérdida tan dolorosa me ha transformado por completo.
Algo que no puede faltar en su día a día: Un buen café y una buena conversación.
Su primer beso: La torpeza, los nervios de los instantes previos, la tensión.
Un propósito que nunca cumple: Ser más espontánea y menos estructurada, pero me cuesta.
Dentro de 10 años se ve: Rodeada de gente que quiero, escribiendo, haciendo televisión, viviendo en el campo y dejando el ruido de la ciudad. No voy a cultivar un jardín, pero sí voy a cultivarme, leyendo, conociendo gente interesante.
La pequeña Sandra: Me recuerdo siempre metida en líos. Curiosa, social (me apuntaba a todo), aventurera, pero no era muy de grupo porque no me gusta que me condicionen. Yo era de seleccionar amistades entre distintas pandillas, así que tenía amistades muy distintas. En eso siempre he sido muy ecléctica. Y luego, como era la pequeña, mis hermanos siempre me estaban cuidando, aunque también era de decirme lo que no debía hacer.