La psicóloga realizó estas declaraciones en relación a los datos del informe 'El peso invisible de la maternidad', que acaba de presentar la Asociación Yo No Renuncio del Club de Malasmadres, y que asegura que 3 de cada 4 madres refieren problemas de salud mental. El estudio apunta, además, que el 82% de las madres ha tenido que tomar decisiones laborales que afectaron a su carrera profesional, como reducir jornada, rechazar ascensos, cambiar de empleo o abandonar su trabajo. Además, más de la mitad de las mujeres, un 54%, reconoce haberse sentido juzgada en el entorno laboral tras ser madre: Un 44% se ha sentido menos valorada profesionalmente, otro 44% ha recibido comentarios de sus compañeros que reforzaban ese juicio y un 43% afirma que las decisiones tomadas por la empresa tras su maternidad le hicieron sentirse penalizada. Estos datos reflejan que se sigue castigando a las madres trabajadoras y que se perpetúa el modelo del «trabajador ideal» disponible, sin interrupciones y sin responsabilidades de cuidado.
Pero hay más datos preocupantes. Y es que el 90% de las mujeres no han hecho uso del nuevo permiso parental de 8 semanas, aprobado en 2023 y aún no retribuido, lo que demuestra su escasa efectividad, y confirma que la conciliación sigue siendo una asignatura pendiente: las madres continúan pagando un coste personal, profesional y emocional por sostener los cuidados. Durante la presentación de estos datos, Andrés Pérez Perruca, responsable de Programación y Publicaciones de Espacio Fundación Telefónica, señaló que «en pleno 2025 la conciliación sigue sin ser fácil, por lo que es necesario seguir visibilizando esta realidad para conseguir una sociedad cada vez más ecuánime, igualitaria y feminista».
Maite Egoscozabal, socióloga y especialista en conciliación de Malasmadres, lamentó que la conciliación sigua recayendo «sobre las familias, sobre todo en las madres. No debería ser así: tener hijos debería ser una responsabilidad social, no individual».
El 69% de las madres afirma no haberlo utilizado por no estar remunerado; un 51% reconoce haber esperado a que se aprobara su retribución, tal y como establece la directiva europea 2019/1158; un 28% no lo solicitó sabiendo que perdería salario; y, además, un 7% desconocía su existencia, lo que plantea dudas sobre la comunicación y la difusión de esta medida tanto por parte de las administraciones públicas como de las empresas.
El estudio matiza también que el 86% de las mujeres que conviven en pareja asume la principal responsabilidad de la organización familiar y la carga mental, un trabajo invisible que implica planificación constante, atención continua y desgaste emocional. Esta carga no solo se traduce en falta de tiempo propio, sino también en soledad y agotamiento, factores que afectan directamente a la salud y a las relaciones de pareja.
Además, el principal motivo que lleva a las mujeres a separarse es la sobrecarga mental derivada de la falta de reparto equitativo de las tareas domésticas y del cuidado de los hijos e hijas. El 62% de las mujeres separadas afirman que la falta de corresponsabilidad las ha llevado a separarse, mientras que el 41% de las que conviven en pareja reconocen que esa sería la principal causa para separarse.
El peso invisible de la maternidad también se refleja en el bienestar físico y mental. Y es que 3 de cada 4 mujeres reconocen que esta situación les ha afectado de forma moderada o grave.
• Un 51% presenta síntomas de cansancio y malestar frecuentes.
• Un 22% ha experimentado ansiedad, depresión o problemas físicos.
• Solo un 2% afirma que su salud no se ha visto afectada nunca.
El 14% ha tenido que parar informalmente (días sin sueldo o vacaciones), un 12% ha requerido baja médica y un 6% ha combinado ambas opciones. Además, 6 de cada 10 mujeres expresan que les gustaría contar con redes de apoyo emocional o espacios para conectar con otras madres, tanto en el entorno laboral como social.
Laura Baena, directora de la asociación, matizó los tres ámbitos en los que afecta el peso invisible de la maternidad. «En el laboral, llevamos diez años viendo que muchas mujeres renuncian tras ser madres con diferentes fórmulas (reducciones de jornada, permisos o bien directamente dejar de trabajar). En el espacio del hogar, los datos siguen hablándonos de una falta total de corresponsabilidad y de una carga mental tremenda para las mujeres. Y en el ámbito público, necesitamos políticas públicas que pongan el cuidado en el centro para no sentirnos tan solas. Por eso nuestro informe incluye una parte final de propuestas concretas en cuanto a políticas de conciliación para no quedarnos solo en el diagnóstico».
Entre estas medidas propone lo siguiente:
1. Reducción de jornada por cuidados sin pérdida salarial.
2. Retribución del permiso parental de 8 semanas.
3. Ampliación de los permisos de nacimiento hasta las 24 semanas.
4. Flexibilidad en la reincorporación al trabajo tras la maternidad.
5. Reconocimiento de la incapacidad temporal tras el parto (15 días vaginal / 30 por cesárea).
6. Aceptación obligatoria de la adaptación de jornada (art. 34.8 ET).
Estas propuestas buscan reconocer el trabajo de cuidados, garantizar el derecho a conciliar sin penalización y avanzar hacia una corresponsabilidad social real.
Como novedad en esta edición, destacaron que 9 de cada 10 mujeres reconocen que sus relaciones sexuales han disminuido tras ser madres: el 73% afirma que lo han hecho de forma significativa y el 21% que lo han hecho algo.
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Finalmente, el sociólogo Erick Pescador lamentó que en la sala donde se llevó a cabo la presentación había gran ausencia de hombres: «Imagino que estarán en casa preparando la comida«, bromeó mientras apuntó que es importante que se planteen cómo se pueden hacer las cosas bien, asumiendo su parte de cuidados y de carga mental sin que las mujeres tengan que contárnoslo».