-¿Estamos ante una tendencia coyuntural o estructural en la pérdida de población?
-La pérdida de población en la provincia de Córdoba no es un hecho pasajero o puntual, pues desde el máximo en el año 2012 (802.717 habitantes) se viene produciendo un descenso continuo de los efectivos hasta el presente (770.879 habitantes con fecha de 1 de octubre). Por tanto, se podría afirmar que no es un hecho demográfico coyuntural.
-La pérdida de población se ceba en la población infantil y jóvenes, el problema de la natalidad complica aún más el reto demográfico de Córdoba ¿no?
-En la pirámide de población, que refleja la estructura por sexo y edad de la población cordobesa se aprecia una reducción bastante notable de su base. Las cifras de población provisionales ofrecidas por el INE este martes para la provincia de Córdoba muestran índices preocupantes en cuanto a la población joven, pues el grupo de 0 a 4 años pierde un 0,71%, el grupo de 5 a 9 años 3,77% y el de 10 a 14 años un 1,72% con respecto al año anterior. En cifras absolutas el grupo de población joven se redujo en 2.142 efectivos. Estos datos indican claramente que se está produciendo una significativa reducción de las tasas de natalidad y fecundidad, lo que implica importantes consecuencias demográficas, sociales y económicas.
-¿Cómo ha evolucionado en los últimos 50 años la población en Córdoba? ¿ha vivido en un ciclo constante o alcanzó ya su máximo histórico?
-La población cordobesa experimentó un máximo en los años 60 del pasado siglo (798.437 habitantes). Hasta los años 70 se produce una fuerte migración hacia otras provincias y el extranjero que redujo los efectivos a 724.116 individuos. El Censo de Población de 1980 recogía 723.500 efectivos, que aumentan hasta 751.858 en 1990. Desde esa fecha y hasta 2012 la provincia continua creciendo hasta su cenit de 802.717 habitantes. A partir de esa fecha se ha iniciado un ciclo descendente y continuo de los efectivos hasta los 770.879 actuales.
-¿Qué factores principales explican la caída del número de habitantes en Córdoba en los últimos años?
-Las causas que explican esta dinámica descendente se deben buscar en un conjunto de factores demográficos, económicos y sociales. Entre los demográficos destacan la reducción de la fecundidad o el envejecimiento de la población. Entre los económicos la migración que provoca la búsqueda de oportunidades laborales de los jóvenes y adultos fuera de la provincia hacía otras áreas más dinámicas, como las grandes urbes o el litoral. Entre los factores sociales se puede indicar la búsqueda de promoción laboral y de desarrollo personal, o en las zonas rurales, la desaparición de servicios básicos, como centros de salud, escuelas, servicios culturales, etc.
-¿La pandemia y la crisis han sido dos de los principales causantes?
-Sin duda han contribuido a acentuar dicho proceso. El INE contabilizó en 8.427 las defunciones por covid-19 en el año 2021en Córdoba, afectando a las personas que ocupaban los escalones superiores de la pirámide de población. Por su parte, la crisis económica incidió en los adultos jóvenes que se vieron obligados a migrar en busca de empleo.
La comparación vecinal
-¿En qué se diferencia la situación de Córdoba respecto a otras provincias andaluzas o españolas con problemas similares?
-Durante el tercer trimestre de 2025 la población ha crecido en todas las comunidades autónomas y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Los mayores incrementos se han dado en la Comunidad Valenciana (0,40%), Aragón (0,36%) y Castilla-La Mancha (0,34%). Andalucía, que tradicionalmente ha sido muy dinámica demográficamente, tan solo ha registrado una subida del 0,06%. A partir de los resultados de los Censos de Población y Viviendas de 2021 se concluye que las provincias de Málaga y Almería superan el crecimiento medio de Andalucía en la década, con incrementos del 6,4% y 6,1% respectivamente, Huelva iguala el crecimiento medio andaluz (1,4%) y Sevilla, Cádiz y Granada crecen por debajo de la media (1,0%, 0,4% y 0,3%). Sin embargo, las provincias de Jaén y Córdoba experimentan crecimientos negativos de población en este periodo (-6,0% y -3,1% respectivamente).
-¿Qué hándicap arrastra Córdoba para no ganar habitantes, como sí hacen otras provincias del interior como Jaén o algunas menos turísticas como Almería?
-No es fácil responder a esta cuestión en pocas palabras pues habría que matizar algunas afirmaciones. Aunque Jaén y Almería continúan enfrentando importantes retos demográficos, sin embargo, han conseguido ralentizar el descenso demográfico o incluso atraído población con una agricultura intensiva de olivar e invernaderos respectivamente, junto al desarrollo de otros sectores como el turismo cultural o el litoral. Córdoba, aunque está rentabilizando cada vez más su patrimonio histórico y cultural muestra un escaso desarrollo económico que retenga o atraiga población joven.
Aunque está rentabilizando cada vez más su patrimonio histórico y cultural, Córdoba muestra un escaso desarrollo económico que retenga o atraiga a los jóvenes
-¿Qué zonas de la provincia están perdiendo población más rápido y por qué?
-Existen diferencias significativas entre los ámbitos urbanos y las comarcas de la provincia de Córdoba. Las comarcas de Sierra Morena y el Subbético cordobés se están viendo particularmente afectadas, sobre todo los pequeños núcleos rurales y los municipios de baja densidad de población. Las causas tienen que ver con un cambio de paradigma que no es nuevo y se viene produciendo desde mediados del siglo XX. Las zonas rurales de interior han experimentado una crisis marcada por la migración y el abandono de las actividades agropecuarias tradicionales. Esto se debe, entre otros factores, al cambio en los modelos de producción, la escasez de oportunidades laborales, la falta de servicios y la transformación cultural de las sociedades rurales, lo que ha llevado a una creciente dependencia externa. La lógica de dicho modelo económico convierte los espacios rurales en abastecedores de recursos para la transformación, comercialización y consumo de las zonas urbanas dentro de una economía globalizada.
-¿Se puede hablar de una 'Córdoba vacía' dentro de la provincia?
-La publicación en 2016 del texto 'La España vacía: viaje al país que nunca fue' de Sergio del Molino ha supuesto un creciente interés social y mediático por el fenómeno de la despoblación. Si bien la despoblación no es un fenómeno en absoluto reciente si es emergente desde la perspectiva de su análisis, tratamiento y abordaje público. Se podría hablar según Molinero de una España rural dual. Por un lado, de la España vaciada, que ocuparía un territorio muy dispar y coincide con la España rural interior, que pierde peso demográfico y económico, pero que no está vacía ni ha sido vaciada por nadie. Y, por otro lado, la España rural periférica que es la que gana, crece y se consolida. Parte de la provincia de Córdoba se encontraría también dentro de esa España vacía, junto a otros espacios de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Aragón
-¿Qué grupos de población están emigrando más: jóvenes, familias, mayores…?
-Si atendemos a las estadísticas oficiales de migración del Instituto Nacional de Estadística (INE) resulta que, en 2023, fueron 3.188 las personas que se marcharon de la provincia cordobesa, de los que 1.606 fueron hombres y 1.558 mujeres. En los años anteriores, 2022 y 2021 las cifras fueron ligeramente superiores, sin llegar a alcanzar los 3.500 efectivos. En cuanto a las características de los migrantes se trata de adultos jóvenes, tanto hombres como mujeres que buscan ofertas laborales dentro de las profesiones liberales, la construcción o la restauración. Los destinos mas habituales son los espacios turísticos litorales, las grandes ciudades españolas o incluso algunos países de Europa e Iberoamérica.
La población extranjera en Córdoba es cinco veces menor que la media nacional: un 2,8 en 2022 frente al 13,4 de España
-¿Qué peso tiene la inmigración en el descenso poblacional?
-En 2023 hubo más inmigrantes que emigrantes lo que dejó un saldo migratorio, según el INE, de 3.092 personas. Sin embargo, la población extranjera en Córdoba es cinco veces menor que la media nacional. Según datos del padrón municipal de 2022, en la provincia de Córdoba vivían 772.464 personas, de las cuales 21.573 eran extranjeras. Esto representaba un 2,8% de la población, frente al 13,4% del conjunto de España en esas mismas fechas.
-¿Podría verse afectado el patrimonio o el tejido cultural de los pueblos de la provincia si esta tendencia negativa se mantiene?
-Sin duda. En las últimas décadas, la población activa ha disminuido en términos porcentuales debido al envejecimiento y la emigración juvenil. La agricultura tradicional y la industria se han ido desacelerando por la falta de reemplazo generacional y se aprecia una evolución hacia la terciarización, con un crecimiento de los servicios. Los niveles de renta familiar y tasas de actividad permanecen por debajo de las medias autonómicas y nacionales. Estas circunstancias están repercutiendo de forma notoria en la pérdida de elementos patrimoniales y culturales asociados, como son el hábitat tradicional, las explotaciones agrarias, los caminos públicos, los cercados o los oficios tradicionales. Además, se está poniendo en peligro la sostenibilidad ambiental y paisajística, reforzando la pérdida de servicios y la disminución del atractivo de las zonas rurales frente a los espacios urbanos.
-¿Están funcionando las medidas que se han puesto en marcha contra la despoblación en Andalucía o España?
-Es pronto para cuantificar los resultados de las políticas públicas pues se están aplicando ahora y las dinámicas demográficas evolucionan de forma pausada o a largo plazo. Se pueden señalar las iniciativas a escala nacional del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) en el campo de las energías renovables, la eficiencia energética, la movilidad sostenible, la economía circular, la biodiversidad y la lucha contra la despoblación. La Junta ha diseñado un instrumento para garantizar los servicios públicos, la cohesión económica y social del medio rural y contribuir a la fijación de la población en el mundo rural. Por su parte la Diputación coopera con los municipios mediante aportaciones económicas, asistencia y asesoramiento.
-¿Qué tipo de políticas o estrategias cree que podrían revertir esta tendencia?
-Las iniciativas que intenten revertir o en cualquier caso paliar la despoblación, sin descuidar el presente, se deben plantear a futuro. La lucha contra la despoblación de la provincia de Córdoba debe partir de una vertebración sobre las cabeceras comarcales y pueblos viables, sobre una base económica apoyada en los espacios rurales, la naturaleza y en las oportunidades de diversificación que permite la situación estratégica de la provincia. Para dotar de mayor coherencia a las políticas que actúan en el territorio no se debe olvidar el paisaje como factor de calidad de vida, en sintonía con el Convenio Europeo del Paisaje (CEP) y como componente fundamental de la identidad cultural, como elemento medular de intervención en la gobernanza del territorio y particularmente por su contribución a preservar los valores patrimoniales.
-¿Es optimista respecto al futuro demográfico de Córdoba o cree que la caída continuará?
-Aunque la despoblación tiende a generar espirales que se retroalimentan y complican el futuro de los territorios, y pese a la gravedad de la situación actual y de las proyecciones demográficas, cabe la esperanza de que la provincia de Córdoba continúa atesorando importantes recursos y un gran potencial para liderar modelos de economía y de vida sostenibles. Revertir la dinámica demográfica actual y romper el círculo vicioso de la despoblación será una de las cuestiones prioritarias para los agentes públicos y la sociedad en su conjunto, que deberán actuar de formar transversal, pues está en juego la sostenibilidad y la cohesión territorial de la provincia.