La Navidad se trabaja a destajo desde julio: «Te pone ya en modo festivo»

Imagen principal - Los tradicionales boixets o morteros para mezclar artesanalmente la masa del turrón funcionan a pleno rendimiento desde julio en Jijona. Abajo, estampas de Käthe Wohlfahrt Barcelona
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Imagen secundaria 2 - Los tradicionales boixets o morteros para mezclar artesanalmente la masa del turrón funcionan a pleno rendimiento desde julio en Jijona. Abajo, estampas de Käthe Wohlfahrt Barcelona
Los tradicionales boixets o morteros para mezclar artesanalmente la masa del turrón funcionan a pleno rendimiento desde julio en Jijona. Abajo, estampas de Käthe Wohlfahrt Barcelona CEDIDA A ABC / INÉS BAUCELLS

«Yo me resisto, no voy a caer», dice en un local de Dia ubicado en el centro de Zaragoza Paquita, consumidora sexagenaria que mira con el rabillo del ojo el repleto surtido que se ha ubicado frente a la línea de cajas. Rosa, la dependienta, confiesa que es una «tortura» y que al final «caerá en la tentación» cualquier día. Todo el surtido de snacks, turrones y chocolates está en su campo de visión.

Su conversación resume lo que para este diario concitan dos catedráticos, Cristina Fente Sampayo (de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Santiago de Compostela) y Xavier Medina, de Antropología de la Alimentación en la UOC catalana. «Verlos te pone ya en modo festivo. Se anima a las compras, a que te prepares con tiempo, el producto navideño va acompañado de una puesta en ambiente y sí que dispara el consumo. Es como las luces de Vigo. Aunque esa decoración aún no toque, en cuanto se encienden, la gente se siente dispuesta a entrar ya en esa atmósfera de fiesta», asocia Medina.

En tiempos de estrés

Es algo así como una alegría en tiempos de ansiedad: «Se da una mezcla de marketing y emociones. Las marcas adelantan los productos para aumentar sus ventas y los consumidores respondemos porque los dulces navideños evocan momentos felices. En un contexto de estrés o rutina, comerlos antes nos da sensación de bienestar y anticipa la alegría de las fiestas», alega Fente. Visualizas que son las próximas vacaciones y esos chocolates trasladan risas, momentos compartidos con la familia, en suma. Pero, como todo, tiene una cara B, que apunta la catedrática: «Esa búsqueda de placer inmediato diluye el sentido original de la tradición y favorece un consumo excesivo que puede pasar factura a la salud». Ambos recomiendan: «Los dulces navideños mejor dejarlos para las fiestas».

35-40% Es el precio aumentado de la almendra, por la inflación, lo que encarece los productos navideños con el ingrediente este año

Los datos demuestran que los españoles desoímos ese consejo y sí hay un mayor consumo en pretemporada. «En general los clientes prueban desde el inicio todo el surtido», ratifica Vílchez, y este año hay 50 novedades (praliné, pistacho...) entre las 300 referencias que conforman el banquete en Dia. Otras cadenas esperan a reservar sus mejores corners a que pase Halloween, aunque, indican, no cala tanto y la Navidad sigue siendo «algo más nuestro».

«Empieza a consumirse todo el año»

Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) remarcan que, en realidad, empieza a haber «productos navideños como el roscón o el pannetone todo el año». En Carrefour ratifican que sus clientes sí demandan turrón todo el año, aunque los meses álgidos sigan siendo noviembre y, sobre todo, diciembre.

En cuanto a los precios, amén del del cacao, el de la almendra se ha disparado por la inflación; puede aumentar en un 35-40% algunos productos, avisa el sector. Y, sin embargo, se aventura que será un gran año de ventas pre y navideñas, lo que ha motivado un refuerzo de 300 personas en plantillas como la de Almendra y Miel, del holding empresarial de Jijona.