Seamos serios. Por riesgos parecidos se ha decidido no mover más ni el 'Guernica' de Picasso ni la Dama de Elche, aunque el PSOE permitió que esta última viajase a la localidad alicantina, contra decenas de informes, en tiempos de Carmen Calvo. ¿Conclusión? Deben hablar los técnicos.
La propia Ley ha previsto que haya sentencias relativas al mundo patrimonial con complicaciones y permite la ejecución por terceros expertos (el grupo que propone el MNAC sería para eso) o incluso que resulten imposibles, para lo que estarían las indemnizaciones. Por el momento, la justicia ha tratado a fondo la mudanza de estas pinturas y ha descartado, sobre el papel, que sea imposible. Ahora, si se crea el grupo para la ejecución, con vigilancia de las administraciones, tiene que hacerse con garantías. Es lo único importante. No parece adecuado que Aragón se sume a un consorcio en el que puede tener un voto contra tres.
La neutralidad y ecuanimidad de los expertos no debe replicar el laberinto político autonómico y precisa de delicados equilibrios. Que seamos capaces de hacerlo bien hablará mucho de nuestra capacidad para sustraernos de pugnas territoriales (nadie quiere que vuelva a ocurrir lo vivido en el museo diocesano de Lérida) y para pensar en lo único importante: el cuidado del patrimonio. Porque no somos sus dueños, sólo somos custodios.