Macron quema gobiernos y da alas al extremismo
La dimisión como primer ministro de Sebastien Lecornu, apenas unas horas después de anunciar su equipo de gobierno, traslada hasta las mismas puertas del Elíseo la crisis que Emmanuel Macron trató de confinar en la Asamblea Nacional. La caída de tres gabinetes en poco más de un año revela no ya la debilidad parlamentaria de unos ejecutivos sin margen siquiera para sacar adelante los presupuestos, sino que pone al presidente galo frente al espejo de su propia derrota, maquillada desde las legislativas de 2024 y ya imposible de ocultar. Fue Macron quien quiso salvar los muebles con un anticipo electoral que, lejos de proporcionarle sosiego, desembocó en la ingobernabilidad del país, y son los extremos políticos de Francia, a izquierda y derecha, quienes más rédito sacan de esta crisis por entregas. Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon no tienen prisa por ver cómo acaba un drama presidencial que Macron pretende prolongar ahora, a la desesperada, con una agónica «plataforma de acción».