El imaginario cutre de un poeta de la experiencia blanda

¿No ha sido subvencionado nunca Luis García Montero? Ya me extraña. Se trata de un poeta correcto, blando, uno de los capiteles de la poesía de la experiencia. La poesía de la experiencia tiene que ser blanda por definición histórica, ya que la experiencia (la 'empeiría'), por ejemplo la desteñida experiencia del amor (tú me llamas amor, yo cojo un taxi), es un asunto filosófico de primera magnitud y un hueso muy duro de roer conceptualmente y aún más duro económicamente.

Luis García Montero es un burócrata, tiene vocación de burócrata, como la mayor parte de comunistas que yo conozco

Antes de hablar de las subvenciones milmillonarias, como ha tenido siempre el Partido Comunista, hablemos de las subvenciones millonarias, ¿Preferiría Luis García Montero que nos subvencionara el Partido Comunista? ¿Cuánto ofrecen? O para hacernos una idea menos roja del asunto, ¿qué tal si nos financiara el Partido Socialista Obrero Español? ¿Sería eso de su gusto? No. El gusto de todo comunista de pro es llegar él mismo a millonario. Entonces cuando llegue a ser millonario le nombraremos académico de la lengua y que nos financie él mismo la lengua.

Pero no. Luis García Montero es un burócrata, tiene vocación de burócrata, como la mayor parte de comunistas que yo conozco. Los comunistas rojos burócratas que yo conocía ahora se han vuelto rosas, porque el comunismo no es una moda fiable. Lo único fiable ahora es que te financie el capital privado, que siempre ha sido más discreto, ahorrador y providente que el capital público. Lo que necesita Luis García Montero a todo trance es un empleo más tranquilo aún y menos significativo que el que ya tiene, y un mecenas. La falta de mecenas estremece al público socialista comunista español. Cada vez hay menos mecenas privados y más dinero público invertido en poetas menores.

Luis García Montero es un poeta menor, agradablemente menor, pero faltón; chiquito pero faltón

Luis García Montero es un poeta menor, agradablemente menor, pero faltón; chiquito pero faltón. Cuando don Santiago Muñoz Machado entró hace ocho años en la Academia, la RAE estaba en números rojos. Que yo recuerde fueron dos o tres años auténticamente preocupantes. Yo ya hacía bromas sobre llevar a la sala de pastas el bocata de tortilla del bar de abajo. «Money is a kind of poetry», dice uno de los más grandes poetas americanos del pasado siglo, Wallace Stevens.

El dinero, los dineros, «se han de amar, pues sin ellos muchas cosas legítimas y piadoras no se pueden alcanzar». Ah, pero los comunistas sí, alcanzaron el poder y el dinero a sangre y fuego. Legítimo y piadoso, sin duda, es financiar los medianos poemas de Luis García Montero. ¿Por qué no ahorcar en la sala de pastas a don Santiago, que nos ha sacado de la ruina? Pues por eso, porque nos ha sacado de la ruina no le vamos a ahorcar, sino que vamos a invitarle a tomar un cocido de alubias montañés. Nunca cambiará Luis García Montero. El comunismo ha sido filosóficamente devorado por cientos de inspiraciones políticas y filosóficas muy superiores. Pero el buen comunista nunca muere de pura tiña que tiene.