La Reserva Federal mantiene sin cambios los tipos de interés a la espera de su reunión de septiembre
La Reserva Federal ha optado por no dar sorpresas y ha decidido mantener los tipos de interés sin cambios en la horquilla del 5,25%-5,50% en su reunión de julio, aunque ha dejado la puerta abierta a una próxima bajada de los tipos. El comunicado de la Fed califica la inflación solo de “algo elevada” y subraya que los funcionarios vigilan de cerca el mercado laboral “en busca de nuevas señales, a la vez que constata que el aumento del empleo se ha “moderado” —ya no “se mantiene fuerte”— y el desempleo “ha subido, pero sigue siendo bajo”. El hecho de que aún no se hayan recortado las tasas obedece a la falta de pruebas suficientes de que la inflación haya bajado al objetivo ideal del 2%. “El Comité Federal de Mercado Abierto [que fija la política monetaria de la Fed] no cree que sea apropiado reducir el rango objetivo hasta que haya adquirido mayor confianza en que la inflación se está moviendo de forma sostenible hacia el 2%”, apunta.
Había división de opiniones entre los analistas, no tanto en lo relativo al calendario (septiembre es la gran apuesta, aunque el Comité no da pistas) sino al recorte: un cuarto de punto porcentual, como espera la mayoría, o uno más agresivo de medio punto porcentual, según apuntaba la herramienta FedWatch de CME Group; un recorte de 50 puntos básicos requeriría probablemente pruebas de que la economía se está desacelerando más rápido de lo previsto. Muy pocos esperaban el anuncio de una rebaja de un cuarto de punto este miércoles. La Fed ha mantenido desde julio de 2023 su tasa de referencia entre el 5,25% y el 5,5%, la más alta en 23 años, a la espera de un enfriamiento sostenido de la inflación en Estados Unidos. Con los precios aparentemente bajo control —el IPC subió en junio el 3%, frente a más del 9% hace un año—, ha puesto énfasis en la otra parte de su doble mandato: el máximo empleo. Los datos del mercado laboral de junio superaron ligeramente las expectativas de crecimiento, aunque el paro ascendió al 4,1%. El banco central confirmó a mediados de julio el enfriamiento económico, lo que en la práctica aplazó su calendario a septiembre.
David Solomon, director ejecutivo de Goldman Sachs, apuntaba en vísperas de la reunión del FOMC (siglas inglesas de Comité Federal de Mercado Abierto, que fija la política monetaria) que uno o dos recortes de tasas este año parecían cada vez más probables, después de predecir hace solo dos meses que en 2024 permanecerían sin cambios.
En ese frente, los próximos dos meses serán cruciales, incluido el informe de empleo de la próxima semana y las turbulencias del ciclo electoral. La evidencia de debilidad material “puede traer nuevas preguntas sobre el aterrizaje suave y si la Fed perdió la oportunidad de haber recortado en julio”, apuntaba también en vísperas de la reunión George Catrambone, jefe de renta fija de DWS Americas. El intervalo más largo entre las reuniones de julio y septiembre —se celebrará los días 17 y 18— añade asimismo incógnitas. En el mismo sentido, el Nobel de Economía Paul Krugman señalaba el lunes en la red social X (antes Twitter): “El águila ha aterrizado suavemente. La inflación subyacente medida por la Reserva Federal de Nueva York se sitúa ahora en el 2,06%. La Reserva Federal debería recortar los tipos ahora, ahora, ahora”.
La rentabilidad de los bonos del Tesoro de EE UU ha subido por tercer mes consecutivo, y ahora dan, según apuntan desde el mercado, plenamente por descontados al menos dos recortes de tasas de un cuarto de punto este año, por encima de lo manifestado por los responsables de la política monetaria.
“Es justo decir que si el empleo muestra más signos de enfriamiento, eso significa que la economía está en peor forma y hará que la Fed recorte más”, dijo Jack McIntyre, gestor de cartera de Brandywine Global Investment Management. “Lo que no sabemos es qué tipo de ciclo de recortes será”. En anteriores ocasiones, la Fed comenzó los ciclos de relajación de la política monetaria con recortes de medio punto tras la burbuja de las puntocom en 2001 y la crisis financiera de 2007.
La semana pasada el expresidente de la Fed de Nueva York, William Dudley, y Mohamed El-Erian afirmaron en sendas tribunas en Bloomberg que la Fed corre el riesgo de cometer un error al mantener las tasas demasiado altas durante demasiado tiempo. Dudley incluso pidió un movimiento en la reunión de esta semana. En el sentido contrario, los datos disponibles “eliminan la urgencia de que la Fed tenga que actuar”, declaró a Bloomberg Television Michelle Girard, responsable del mercado de EE UU en Natwest Markets. “La Fed no quiere parecer presa del pánico”.
Gilles Moëc, economista jefe en la gestora francesa AXA IM, apuntaba la “probabilidad del 105%” de que la Fed espere a septiembre. “Aunque el mercado espera ahora firmemente que la Fed recorte en la reunión de septiembre, la ‘probabilidad del 105%’ en esa fecha sugiere que los inversores ven ya sólo como marginales (5%) las posibilidades de un movimiento de la Fed en la reunión de hoy [por este miércoles]. Sospechamos que esto se debe a la publicación del PIB”, el jueves pasado, que mostró un crecimiento mayor de lo esperado gracias al consumo privado y el gasto público. Sin embargo, el indicador del PIB, advierte Moëc, puede inducir a error: “Centrarse demasiado en el PIB entraña el riesgo de conducir mirando demasiado por el retrovisor”.
Proyección política en vísperas de las elecciones
“Es la trayectoria de la Fed para 2025 la que es más incierta dados los posibles resultados macroeconómicos radicalmente diferentes de las elecciones presidenciales estadounidenses. Pero aún es pronto. No estamos preparados para un debate intensivo en economía. Kamala Harris tiene que distanciarse del mandato de Biden en ese frente dado que la opinión pública se centra en la inflación”, añadía en su previsión Moëc.
La proyección política de los movimientos de la Fed cobra mayor relieve en año electoral. Tres senadores demócratas, encabezados por la progresista Elizabeth Warren, han instado al banco central a actuar con mayor rapidez. En una carta dirigida este martes a Powell, los legisladores afirmaban que evitar un recorte ahora supondría ceder a los llamamientos de algunos republicanos para que se abstengan de tomar una medida de este tipo antes de las elecciones de noviembre. “Siga los datos”, pedían los políticos, en alusión a la caída del índice de gastos de consumo personal, el indicador de inflación preferido de la Fed, así como el aumento del desempleo y la ralentización de la mejora salarial, capaces de “borrar los logros económicos posteriores a la pandemia”.
Una posible rebaja de tipos en septiembre sería para los republicanos un movimiento político destinado a ayudar a los demócratas. Donald Trump dijo recientemente a Bloomberg Businessweek que la Fed era consciente de que recortar los tipos antes de las elecciones era “algo que saben que no deberían hacer”. La inflación es una de las principales bazas electorales de los republicanos para atacar a Biden, junto con la gestión de la frontera. El temor a que una posible victoria de Trump en noviembre amenace la independencia de la Fed, así como las turbulencias de la campaña electoral, complican el escenario.
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