Según ha revelado el responsable de la Dirección Cultural, las humedades han aparecido en la esquina de una de las arcadas que sirven de soporte a este conjunto mural y se han detectado gracias al «trabajo exhaustivo» realizado por el equipo técnico «nacional e internacional» enviado por el Gobierno aragonés al MNAC durante tres días del pasado mes de julio, que hizo «un levantamiento fotográfico exhaustivo» para conocer con «precisión absoluta» la situación química y física de las pinturas, así como de sus sistemas de anclaje, usando unas pértigas con cámaras 360 que ofrecían unas imágenes de alta resolución «muy precisas», que son las que han revelado las humedades. Esto no deja de ser una respuesta 'zasca' a los argumentos del MNAC, que cargaron contra los técnicos y su falta de experiencia en el planteamiento del cronograma para el traslado que se entregó por parte del Gobierno aragonés a la juez oscense. De hecho, en otro momento de su intervención ante la prensa, Olloqui ha considerado que este hallazgo respalda la labor del equipo técnico enviado por el Gobierno de Aragón, sobre el que ha habido «una voluntad de desprestigio» por parte del MNAC, pero que ha sido capaz de aportar un estudio que incluye «información que no se tenía».
En la misma rueda de prensa y según recoge la agencia Ep, Olloqui ha atacado al MNAC al cuestionar su «máxima preocupación» por la conservación de las pinturas en un hipotético traslado, pues no vienen precedidas de «la minuciosidad de los trabajos que se deberían realizar.
«Son más graves que el traslado»
«Unas humedades es una afección más grave, sin duda alguna, sobre ese conjunto mural que un traslado. Es una obviedad», ha recalcado el director autonómico de Cultura, quien ha precisado que «hay una afección física sobre la trasera de los lienzos«.
«Hay una afección física sobre la trasera de los lienzos»
«Si el Museo Nacional de Arte de Cataluña estuviera tan pendiente, como dice, de la conservación de ese conjunto mural, no se habrían producido esas humedades», ha resuelto. «Con toda seguridad la aparición de esas humedades son posteriores a la instalación de las pinturas en su emplazamiento actual, en la sala 16 del MNAC y eran desconocidas por el propio museo». «No hay otra explicación posible», ha subrayado, porque «de no ser así, tendrían que haber sido detectadas en los movimientos anteriores» y «estaríamos hablando de otro tipo de responsabilidad por parte del Museo Nacional de Arte de Cataluña».
Sobre el estado concreto de las pinturas, Olloqui ha emplazado a «los próximos días», que es cuando se darán a conocer las conclusiones del trabajo llevado a cabo por el equipo técnico enviado por el Ejecutivo autonómico al MNAC. En cualquier caso, ha despejado la duda de que «no hay una afección irreversible sobre esas pinturas» y lo que se ratifica es la «fortaleza» de las mismas. «Si las pinturas soportan esas humedades, ¿cómo es posible que se cuestione que no pueden soportar el traslado?», ha preguntado.
Cabe señalar que el MNAC se ha defendido de estas acusaciones a la mala conservación realizadas desde Zaragoza. El MNAC ha negado que haya humedades en la sala 16, porque las manchas existentes son «antiguas, están documentadas y fueron conocidas antes de la instalación en esa sala» en los años 90. Según dichas fuentes, el equipo técnico aragonés -encabezado por la restauradora de arte Natalia Martínez de Pisón- ya conocían la existencia de esas manchas de humedad antes de llegar a Barcelona y no afectan en ningún caso a la sala, sino a los soportes.
También han remarcado que las pinturas han tenido muchas alteraciones a lo largo de su historia, con manchas de humedad, abultamientos, grietas y reacción entre materiales, que es lo que han puesto de manifiesto los diferentes informes que el museo ha presentado sobre la «fragilidad» de las obras.
Simposio, no
En otro orden de cosas, el director general de Cultura se ha referido a la propuesta de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona, dos de los miembros del consorcio del MNAC junto a la Administración General del Estado, de celebrar un simposio internacional sobre el retorno de las pinturas a Sijena, en la línea del celebrado en 1998 y que rechazó trasladar el 'Guernica' a Bilbao, que ha calificado de «extemporánea». Ha asegurado que entiende «el interés de la comunidad científica por la cultura aragonesa» y por «un fenómeno tan singular» como el de Sijena en el Románico, pero «aplicar soluciones del siglo pasado a problemas del siglo XXI no tiene sentido», ha criticado, rechazando la comparación entre el caso de la obra de Picasso y estas pinturas expoliadas.