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Buena parte de esa cifra está en el Ibex 35. Y una gran cantidad se concentra en dos sectores por los cuales tradicionalmente siempre ha apostado BlackRock, no solo en España, sino en todo el mundo: banca y energía.
El mayor porcentaje de control lo ostenta en Naturgy con casi el 21% del capital, aunque su participación en la gasista no la ha construido con el paso de los años, sino que le viene heredada de haber comprado el fondo GIP. Y en esta compañía mantiene lo que para el fondo americano de Fink es casi una anomalía: está representado en el consejo de Naturgy con tres miembros. La política de BlackRock, normalmente, es no inmiscuirse en los consejos y ser un socio financiero, aunque en la práctica sí que tenga peso en las decisiones de calado como accionista en las empresas en las que está. En España, al menos entre las compañías de mayor tamaño, solo está sentado en el consejo de administración de Naturgy, de donde podría llegar a salir en un futuro.
Naturgy, 20,96%
Banco Santander, 6,87%
BBVA, 6,8%
Iberdrola, 6,61%
Banco Sabadell, 6,46%
Fluidra, 6,2%
Repsol, 6,2%
Amadeus, 5,51%
ACS, 5,185%
Merlin, 5,1%
Redeia, 4,98%
Cellnex Telecom, 4,98%
Enagás, 4,8%
Ferrovial, 4,33%
Telefónica, 4,29%
Bankinter, 4,22%
Grifols, 4,13%
Caixabank, 4,08%
Acciona, 3,93%
Aena, 3,79%
Colonial, 3,141%
Solaria, 2,99%
Sacyr, 2,87%
Con todo, la gasista no es su mayor exposición en España, ya que ésta tiene un valor actual de unos 5.105 millones de euros. En BBVA, Iberdrola y Banco Santander tiene participaciones por debajo del 7% en todas ellas, pero su valor bursátil es mucho mayor ya que la capitalización de estas tres es bastante superior a la de Naturgy. En el banco vasco tiene 5.163 millones de euros; en la energética, 5.950 millones; y en la entidad cántabra, 6.544 millones. Alrededor del 44% de los 51.000 millones declarados están acumulados en solo cuatro compañías del Ibex 35, un porcentaje que ha ido a más ante la revalorización que ha vivido en algunas de sus compañías como Iberdrola, BBVA o Santander.
Banca y energía, además de las infraestructuras –y si son renovables mejor–, son la joya de la corona de sus inversiones en España. Aparte de las mencionadas, BlackRock tiene presencia en otras compañías de esos sectores como Bankinter, Caixabank, Banco Sabadell, Repsol, Enagás, Redeia y Solaria. Esto en lo que se refiere a las participaciones significativas notificadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), pero la realidad es que históricamente también ha estado en compañías como Endesa o Unicaja.
En este sentido, su influencia apunta a trascendental en una de las grandes operaciones de los últimos años, la opa de BBVA al Sabadell, donde es primer accionista de ambos. Una transacción sobre la que siempre ha guardado silencio, al menos en público.
Tiene participaciones, además, en telecos –Telefónica y Cellnex–, inmobiliario –Colonial y Merlin– y constructoras –Ferrovial, Sacyr, ACS, Acciona–, entre otros. Participaciones muy diversificadas en el Ibex 35, pero también en el mercado continuo en otras compañías de menor tamaño de múltiples sectores.
La de BlackRock, así, es una historia de poder e influencia con una presencia real y física bastante reducida en los países en los que está. En la oficina española, con base en Madrid, apenas trabajan unas decenas de gestores, liderados por el jefe en España, Luis Megías, una figura que no suele prodigarse demasiado en público. Sobre los resultados del grupo a nivel mundial, Megías señaló en una publicación en redes que «2024 fue un año excepcional para BlackRock gracias a nuestros clientes. Citando a Larry: 'Es sólo el principio'». Y lo cierto es que pese a ser el rey del Ibex 35, su trascendencia es mucho más global que local. En el mundo gestiona unos 10,6 billones de euros al cambio actual, lo que da cuenta del peso relativo de los al menos 51.000 millones declarados en España.