Sólo un colegio del Casco y el Centro de Córdoba logra cubrir sus plazas de 3 años
Los problemas de población, natalidad, movilidad y residencia en estos puntos de Córdoba se agravan
En este contexto demográfico, dentro de Córdoba capital se está produciendo otro fenómeno que va a repercutir muy mucho en la planificación educativa de los cursos venideros. Mientras en zonas como el Centro, el Casco, Levante o Fuensanta-Cañero (las que pierden vecinos) las vacantes aumentan cada ejercicio y los centros se vacían, la población que se marcha a vivir al arco de Poniente y los nuevos sectores residenciales desde la Arruzafilla hasta la avenida Aeropuerto crece.
Hablamos de sectores que ahora mismo carecen de los equipamientos pintados en el Plan General pero que no están desarrollados por las administraciones competentes: dotaciones sociales, sanitarias y educativas. El último ejemplo de esta necesidad estuvo con Arroyo del Moro y Cortijo del Cura (primer plan parcial colmatado de la nueva ciudad planificada en el PGOU).
Las reclamaciones ciudadanas llevaron a la Junta a promover el colegio Turruñuelos, con apenas unos cursos de vida. Ya es raro ver cómo la Administración autonómica se decanta por hacer centros educativos, sabedora de que, gobierne quien gobierne en los próximos lustros, se va a topar de frente con la difícil decisión de qué hacer con centros vacíos y presiones en otros puntos urbanos para tener colegios disponibles.
Es lo que va a suceder -si no está ocurriendo ya- en Córdoba donde zonas como Nuevo Zoco, Hipercor, Huerta Santa Isabel Oeste-Este, Arruzafilla o el Cortijo del Cura -otras grandes bolsas como la carretera del Aeropuerto y sus seis mil viviendas y los planes sobre El Patriarca dan sus primeros pasos- buscan escuela en la oferta disponible en el Norte y Poniente que, de momento, no parece tener grandes problemas. La duda está en el futuro de centros educativos del Casco, Centro comercial, Levante o Fuensanta-Cañero donde las solicitudes menguan y la competencia entre públicos y concertados se convierte en testigo claro de esta problemática.
Aunque la población de Córdoba capital ha logrado un ligero repunte pasada la pandemia, la salvedad de la Base Logística del Ejército no parece que vaya a sacudir la estadística e incrementar una población escolar a lo sumo estable. De ahí unos desequilibrios que van a agitar, sin duda, el mapa de escolarización.