La ONU certifica por primera vez que la aridez avanza a nivel global y se ha agravado en el 77% del planeta

«Este análisis finalmente disipa una incertidumbre que ha rodeado por mucho tiempo las tendencias de sequía global», dice Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD). «Por primera vez, la crisis de aridez ha sido documentada con claridad científica, revelando una amenaza existencial que afecta a miles de millones de personas en todo el mundo».

En realidad, gran parte del planeta cuenta, por naturaleza, con muchas zonas áridas. El problema es que están aumentando y, las que hay, se están agravando. «Se ve una tendencia relacionada con el cambio climático a un aumento tanto en las condiciones de aridez como en la extensión de las zonas áridas», explica Enrique Morán-Tejeda, profesor de Climatología en la Universidad de Islas Baleares y autor principal del informe.

Desafíos

Durante años, documentar el aumento de la aridez ha sido un desafío. El carácter a largo plazo de la aridez frente al temporal de la sequía lo hacían complicado. También la medición de los parámetros que determinan la aridificación, que no solo depende de las precipitaciones sino también de la evaporación y la transpiración de las plantas. Mientras que las sequías terminan después de meses o incluso años, permitiendo cierta recuperación, no ocurre lo mismo con la aridez. Un territorio que se vuelve árido ya no podrá volver a sus condiciones anteriores. «La aridez representa una transformación permanente e implacable», dice Thiaw.

El informe destaca que hay regiones que no estaban clasificadas como áridas, algunas con climas subhúmedos, cuyas condiciones han cambiado hasta convertirse en zonas áridas. Algunas áreas han experimentado condiciones más húmedas, pero son una minoría: apenas el 22,4%.

«La tendencia general es clara: las tierras secas se están expandiendo, lo que hace que los ecosistemas y las sociedades sufran los impactos de la aridez que amenazan la vida«, dice la nota distribuida por la ONU.

Población afectada

La tendencia a la aridez ha sido «particularmente prevalente» en Europa, el oeste de los Estados Unidos, Brasil, Asia y África central, dice el informe. Afectó a casi toda Europa (95,9 por ciento). «Todas estas zonas tienden a una mayor aridez y en el futuro las previsiones indican que irá todavía a más», explica Morán-Tejeda.

Es decir, hoy una cuarta parte de la población mundial (2.300 millones de personas) vive en las tierras secas en expansión del planeta. Y las proyecciones de aridez sugieren que hasta 5.000 millones de personas podrían habitar tierras secas para finales de siglo si se cumplen las peores proyecciones del cambio climático.

Los científicos abogan por iniciar una adaptación. «En España estamos acostumbrados a convivir con la sequía. Pero como la aridez es más a largo plazo, la gente no tiene la misma percepción del riesgo», explica Morán-Tejeda. «Sin embargo los impactos que tiene sobre la producción agrícola, la economía (...), son impactos que son muy estructurales», dice.