El mes pasado, el Tribunal Supremo dictaminó que tal medida violaría las leyes internacionales de derechos humanos consagradas en la legislación nacional y que hay motivos fundados para creer que los refugiados enviados al país africano podrían correr el riesgo de ser devueltos a los lugares de los que huyeron originalmente. Por este motivo, el nuevo tratado incluirá un acuerdo por el cual Ruanda no expulsará a los solicitantes de asilo a una nación donde su vida o su libertad estén amenazadas. Además, se establecerá un comité de monitoreo para permitir que las personas presenten quejas confidenciales así como un nuevo órgano de apelación.
En una rueda de prensa celebrada en Kigali junto con Vincent Biruta, su homólogo ruandés, Cleverly aseguró que este acuerdo podrá dar luz verde a los vuelos de deportación: «Por supuesto que queremos que esta parte de nuestro plan migratorio esté en funcionamiento lo más rápido posible», dijo, ya que «creemos firmemente que este tratado aborda todas las cuestiones planteadas por sus señorías en el Tribunal Supremo y hemos trabajado muy estrechamente con nuestros socios ruandeses para garantizar que así sea».
Cleverly aseguró que ahora no hay una «razón creíble» para bloquear los vuelos de deportación, ya que el tratado aborda todas las preocupaciones planteadas por los jueces. «Realmente espero que ahora podamos avanzar rápidamente», afirmó, «porque estamos absolutamente comprometidos a romper el modelo de negocio de las bandas de tráfico de personas, a crear un entorno seguro y acogedor con nuestros amigos y socios aquí en Ruanda», así como «asegurarnos de que la migración masiva se gestione bien».
Sin embargo, abogados y organizaciones benéficas sostienen que es poco probable que los vuelos de deportación comiencen antes de las elecciones generales previstas para el próximo año, y los laboristas, favoritos para hacerse con el poder en los comicios, planean abandonar el plan si gana. Se espera que el nuevo tratado sea seguido por la publicación de una legislación que declare a Ruanda un «país seguro».