Un español de visita en Miami explica cómo funcionan las propinas en este país: «Me pareció muy loco»

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Cuando uno acude a un bar o restaurante en España y recibe un buen servicio, dejar una propina puede ser una forma elegante de mostrar nuestra gratitud. Pero se trata de un gesto, no de una obligación. En nuestro país, nadie se escandaliza si pagas exactamente lo que marca el ticket. Sin embargo, en Estados Unidos el panorama es bien distinto. Allí, las propinas no solo están normalizadas, sino que en muchos casos se convierten prácticamente en un impuesto adicional, especialmente en el sector hostelero, donde los salarios base de los camareros son, en muchas ocasiones, ridículos. Esto es lo que ha descubierto Ramontelli, un joven malagueño que ha viajado a Estados Unidos recientemente y ha compartido en su cuenta de TikTok su experiencia con «el tema de las propinas en Estados Unidos».

En el vídeo, el español explica que no todos los establecimientos imponen la misma política de propinas. «Los restaurantes, franquicias de cadenas rápida, normalmente no tienes por qué dejar propina, es totalmente voluntario», asegura. En esos locales, uno puede pagar la cuenta con normalidad y el datafono ofrece opciones que el cliente puede aceptar o ignorar: «En el sentido de que no te obligan, tú en el datafono te dan la opción de 5, 10, 20% y tú lo señalas o no».

@ramonteli

En Estados Unidos 🇺🇸 conducen super mal o al menos en Miami

♬ sonido original - Ramontelli

Sin embargo, la cosa cambia en los restaurantes más formales. «En cambio cuando vas a un restaurante de bien, un restaurante de cuchillo y tenedor, en ese te obligan 100%, en el ticket te añaden un 20% de propina obligatorio». Pero ahí no acaba la historia: «Y a parte te dicen que si quieres puedes poner más». Es decir, no solo se exige ese porcentaje, sino que se sugiere abiertamente al cliente que sería buena idea dejar todavía más.

El joven malagueño también relata su experiencia en las discotecas de Miami. «En la discoteca te pasa lo mismo, tú pagas tu copa, que ahí no sé si viene incluida la propina, creo que no. Y a parte te piden una propina extra si tú quieres dejarlo». «Es más, tú pasas primero la tarjeta, pagas lo que sea, tu cerveza, 10 dólares y luego te dejan un huequecito por si quieres dejar propina que lo ponga y luego firmes, que me pareció muy loco», añade.

Lo que le dejó atónito fue la inseguridad que genera este sistema. «Porque si tú no lo firmas y llega alguien y pone 100 dólares y lo firma por ti, te van a cobrar los 10 dólares de la cerveza más la propina». En otras palabras, si olvidas firmar el recibo, alguien podría rellenar la propina por ti y nadie se molestaría en comprobar si realmente fue tu voluntad.

Precios sin impuestos y propinas disfrazadas

Otra de las cosas que más le llamó la atención fue la forma en que se presentan los precios en Estados Unidos. «Aquí te ponen los precios de todos los alimentos sin incluir los impuestos, por lo tanto, si algo te pone que la hamburguesa vale 10 dólares, realmente vale 12 dólares». En contraste, destaca que «en España te añaden el precio total, el PvP, el precio completo de venta, está unido al IVA, es decir, tú vas a comprar una botella de 1,21 y ya sabes que eso es el total. En cambio aquí te ponen que el precio es un dólar y luego te añaden el 0,21, que en España es el 21% de IVA».

En cuanto a la propia práctica de dejar propina, el malagueño no se opone, pero cuestiona el sistema. «Pero lo que es bueno en España es que la propina sí que es realmente voluntaria», comenta. Y añade una reflexión que muchos comparten en Europa: «Yo lo que pienso como español, como europeo, que no está acostumbrado a este método, es que sería mejor que a los camareros se les pagara un poquito mejor y se le añadiera ese 20% al precio y no te dejen ahí con la duda de si sí si no, si además del 20 tienes que dar otro más…».

Y, por último, aunque reconoce que no ha rechazado pagar ninguna de esas propinas obligatorias, lo hizo más por incomodidad que por convicción: «Y eso de que lo obliguen pues está feo. Yo no lo he rechazado en ningún momento porque me ha dado fatiga siendo sincero».

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