Volcanes en Islandia, de las 'Puertas del Infierno' a matar a la cuarta parte de la población>
La diferencia en esta ocasión está en la dimensión de la fisura, de unos tres kilómetros y medio, y la velocidad del flujo de lava, entre 100 y 200 metros cúbicos por segundo, notablemente superior a otras erupciones ocurridas en la península de Reykjanes, muy agitada los últimos años. Grindavik ha sido evacuada y la zona afectada cerrada por precaución, aunque el Gobierno islandés considera que esta erupción «no representa una amenaza para la vida».
En esta ocasión, de momento, el espacio aéreo no ha sido cerrado, a diferencia del caos ocasionado en parte de Europa a causa del humo expulsado por el volcán Eyjafjallajokull en 2010, en el sur del país. Entre medias, también en la década pasada, ha habido otras dos grandes erupciones en el noreste de la isla, según los datos del programa de vulcanismo mundial de la Institución Smithsonian : la caldera de Grimsvotn, que hizo temer un nuevo caos aéreo, y el estratovolcán de Bardarbunga.
La agitada actividad volcánica en Islandia se debe a su ubicación tanto en la Cordillera del Atlántico Medio, un límite de placas tectónicas divergentes, como sobre un punto caliente. La inestabilidad de la región ha dado lugar a que una treintena de volcanes hayan entrado en erupción en la época geológica del Holoceno, es decir, en los últimos 12.000 años. Se estima que un tercio de la lava expulsada a la superficie terrestre en los últimos cinco siglos ha salido de Islandia.

Los tiempos geológicos, a menudo inabarcables desde una dimensión temporal humana, cobran una dimensión más cercana en el caso de los volcanes islandeses, escupiendo o amenazando con escupir lava en algún punto de la isla. De la treintena de volcanes activos en el período holocénico, una docena han tenido una erupción significativa entre el siglo XX y XXI.
Las 'Puertas del Infierno'
Entre ellos el Eldfell, en el archipiélago de Vestmannaeyjar, al sur de la isla, cuya erupción en 1973 cogió desprevenida a la población y tuvieron que huir a la desesperada en barcos de pesca. O el Katla, al sur de Islandia, a principios del siglo XX. Uno de sus segmentos, el Eldgjá, fue responsable en el año 936 de la considerada la mayor erupción efusiva de la historia reciente. El Hekla, también en el sur, uno de los más activos de la historia reciente, tuvo su última gran erupción en el año 2000. Durante la Edad Media, los islandeses lo llamaban las 'Puertas del Infierno' .
La mayor tragedia registrada en Islandia a causa de un volcán fue la erupción del Skaftáreldar en el siglo XVIII. Se estima que un cuarto de la población de Islandia falleció por la erupción, principalmente debido a los efectos indirectos, como enfermedades y cambios en el clima que afectaron a las cosechas y el ganado. El Skaftáreldar forma parte del sistema cuyo volcán central es el Grímsvötn, que registró su última erupción en 2011.
Hoy es el turno del Fagradalsfjall y de los vecinos de la localidad de Grindavik, a 40 kilómetros de Reikiavik, la capital de un país de menos de 400.000 habitantes, acostumbrados a la actividad volcánica de una isla en permanente ebullición.