Dellafuente rompe cinco años de silencio: "Lo mejor que te puede pasar con tus ídolos es no conocerlos"

Es mediodía en una calle cualquiera de Granada. Lejos de los icónicos lugares del centro, sólo el perfil de Sierra Nevada nos da una pista de que estamos en la ciudad. Hemos quedado con Dellafuente en una nave industrial a medio derribar. Antiguamente fue un taller de motos. Ahora se convertirá en las oficinas de su nuevo proyecto. Pero ya hablaremos de negocios luego.
El suelo está cubierto de polvo y las esquinas de un contenedor sirven de perchero. Varias escobas y recogedores aparecen aquí y allá, aunque resulte impensable creer que con ellas se podría avanzar algo en la limpieza. El único