La Fiscalía abre diligencias preprocesales contra el líder del PSOE de Torremolinos por acoso sexual

Este paso judicial destapa una situación que la dirección socialista conocía desde hace meses. La denunciante, considerada un «peso pesado» de la agrupación local, activó el pasado verano los protocolos internos del PSOE, dando cuenta de los hechos a la sede federal de Ferraz a través del canal habilitado teóricamente para proteger a las víctimas. Sin embargo, los mecanismos de control interno del partido no ofrecieron una resolución, lo que obligó a la afectada a acudir a la Justicia ordinaria ante la inacción orgánica.

«Sé cómo quitarte el dolor de cabeza»

La investigación se sustenta en una serie de comunicaciones vía WhatsApp que comprometen gravemente al dirigente socialista. Según los mensajes a los que ha tenido acceso este diario y que forman parte de las pesquisas, Navarro habría realizado continuas «insinuaciones» de carácter sexual a su subordinada política. En septiembre de 2021, el diputado provincial escribió: «No me esquives, que te quiero meter ficha». Ante las evasivas de la mujer, Navarro insistió: «Yo sé cómo quitarte el dolor de cabeza».

El tono de las conversaciones revela una conducta persistente. En otro intercambio, el líder socialista sugiere «lo a gusto que estaríamos ahora con una copa de vino y un sofá». Pese a que la denunciante reprocha su insistencia, Navarro justifica su actitud alegando que «es que estás muy buena». El acoso verbal escala hasta comentarios sobre su vestimenta, llegando a cuestionarle: «¿Ese escote lo has tenido siempre?». Cuando ella trata de zanjar el tema explicando que olvidó ponerse una camiseta básica, él remata: «Aunque te pusieras cuello vuelto ibas a estar igual de buena».

Paralelismos con el 'caso Salazar'

El escándalo en Torremolinos golpea a un PSOE que trata de mantener la bandera del feminismo mientras se le acumulan casos internos de presunta violencia sexual gestionados de forma opaca. Fuentes consultadas por ABC trazan un paralelismo directo con el caso de Paco Salazar, exasesor de Pedro Sánchez en La Moncloa y miembro de la ejecutiva federal, quien también fue denunciado por acoso sexual. Al igual que en Torremolinos, los mecanismos de protección del partido fallaron o se dilataron, y Salazar solo fue apartado el pasado mes de julio, pese a la relevancia de su cargo.

En el caso malagueño, la dirección provincial del PSOE admitía conocer la existencia de estas denuncias desde el verano. Sin embargo, defienden que la competencia para activar los protocolos corresponde al comité habilitado en Ferraz. A pesar de que ambas partes habían presentado alegaciones en el expediente interno, el partido no había tomado ninguna medida disciplinaria contra Navarro, que mantiene sus actas públicas y su sueldo institucional.

El PSOE evita la expulsión

La reacción oficial del PSOE de Málaga ha llegado este jueves, forzada por la trascendencia pública de la investigación fiscal. La ejecutiva provincial ha confirmado que no suspenderá cautelarmente de militancia a Navarro de manera inmediata. En un ejercicio de funambulismo político, supeditan cualquier medida disciplinaria a que la Fiscalía formalice la acusación, ganando así tiempo para el dirigente señalado.

Josele Aguilar, secretario general del PSOE de Málaga, ha comparecido para defender que el partido es un «espacio libre de acoso» y ha prometido «tolerancia cero». «No vamos a tolerar ningún comportamiento desviado», ha subrayado Aguilar, quien ha insistido en que han trasladado los hechos a la dirección federal. No obstante, ha matizado que la solicitud de suspensión solo se tramitará «si la Fiscalía abriese diligencias» formales, una postura garantista con el acusado que contrasta con la contundencia que los socialistas suelen exigir a sus rivales políticos en situaciones análogas.

Mientras la Fiscalía avanza en sus pesquisas para determinar el alcance penal de los mensajes y el comportamiento de Navarro, el PSOE de Málaga fía su gestión de la crisis a los tiempos judiciales, manteniendo por el momento en sus cargos al hombre que, presuntamente, acosó a una compañera de partido.