Cataluña ha establecido nuevos umbrales de consumo de agua para el turismo. Desde que declarara a comienzos de febrero la emergencia por sequía, el sector turístico no podía sobrepasar los 200 litros por persona y día, como el resto de la población. Ahora, con el decreto aprobado este martes tras la reunión del Consell Executiu, los establecimientos hoteleros tendrán que asumir diferentes tramos gasto que varían según la situación activada del Plan Especial de Sequía (PES). No podrán superar los 115 litros en Excepcionalidad; los 100 en Emergencia I; los 90 en Emergencia II y los 80 en Emergencia III. “Afrontamos una sequía dinámica y debemos adaptarnos a los escenarios no previstos en el PES”, ha afirmado Patricia Plaja, portavoz del Govern. Actualmente, buena parte de los municipios más poblados de Cataluña se encuentran en fase de Emergencia I.
Las modificaciones del documento, que entrarán en vigor el próximo 19 de abril, también incluyen la posibilidad de que las piscinas públicas o privadas (hoteleras o comunitarias) sean consideradas como refugios climáticos para que la población pueda sobrellevar los episodios de calor extremo. “Es una cuestión de salud pública. Si no hubiéramos acordado estas cambios, tendríamos una Cataluña sin piscinas”, ha destacado la portavoz. Las piscinas privadas de uso individual seguirán sin poder llenarse.
Bajo la supervisión de la Generalitat, los ayuntamientos catalanes definirán y acordarán qué albercas, tanto de comunidades de vecinos como de hoteles y cámpings, pueden considerarse como refugios climáticos, sus condiciones de seguridad y su aforo. En el caso de superar durante tres meses consecutivos los límites de consumo de agua acordados, los consistorios tendrán pleno poder para interponer sanciones económicas. Las piscinas comunitarias que no lleguen a un acuerdo con los municipios no podrán llenarse. Aunque los ayuntamientos deberán tener otros espacios que cumplan las funciones de refugios climáticos además de las piscinas. “Son plenamente conscientes de la situación que hay. No podemos abrir el grifo de la misma manera que antes de la declaración de emergencia”, ha afirmado Plaja, quien ha remarcado que las modificaciones son para ayudar a la población más vulnerable a sobrellevar los episodios de temperatura extrema.
Los refugios climáticos son espacios que tienen una temperatura variable entre 25 y 29 grados donde la población puede protegerse de las cada vez más frecuentes olas de calor y que, además de las piscinas, engloba espacios como bibliotecas, centros cívicos o museos, entre otros. En Barcelona, hay desde 2019 una red de alrededor de 200 estos entornos térmicos que cumplen estas funciones.
El régimen sancionador es otro de los cambios aprobados este martes por el Ejecutivo catalán. Las multas económicas tenían en cuenta de manera mensual el exceso de gasto de agua, ahora los controles se realizarán cada tres meses. “Permite tener una tendencia clara en la evolución en un período más largo y ajustar mejor la sanción”, ha aclarado la portavoz. La infracción leve llegará hasta los 10.000 euros; la grave hasta los 50.000 euros y, la muy grave, hasta los 150.000 euros.
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