La insólita confesión de Vingegaard sobre su gran rival, Pogacar: «Me fascina cómo es como ciclista»
El danés reconoce su admiración por el esloveno, pero se muestra convencido de que puede subir su nivel para ganarle en sus próximos duelos
En concreto las que han vuelto a saltar a los medios han sido las medallas de bronce que ganó el equipo francés de relevo 4x100 metros estilos formado por el casi imbatible Léon Marchand y sus compañeros Yohann Ndoye-Brouard, Clément Secchi y Rafael Fente.
Uno de ellos, Clément Secchi, compartió a través de las redes sociales una imagen del lamentable estado en el que se encontraba su medalla, demasiado deteriorada para haber transcurrido solo unos meses desde que la recibió en la ciudad de la luz. «Piel de cocodrilo», escribía el nadador para describir el terrible estado de la presea.
La publicación de la imagen se extendió por las redes sociales, generando incredulidad y muchas críticas. Entre los que la pudieron observar y comentar destacó Yohann Ndoye-Brouard, compañero de Secchi e integrante de aquel equipo de relevos que ganó el bronce. «La suya todavía está en forma», respondió con ironía, acompañando su mensaje de un emoticono de llanto.
😭😭 Paris 1924 pic.twitter.com/WzfoV3ECQt
— Yohann Ndoye Brouard (@yohann_2911) December 28, 2024
«Muestra la tuya», recibió como respuesta por parte de un usuario. Y no dudó en hacerlo. Junto a un mensaje de texto acompañado de dos emoticonos de llanto que decía «París 1924», el nadador galo de 24 años publicó dos fotografías, del anverso y reverso de su medalla, que mostraban su deteriorado estado, muy similar al que mostraba el bronce de Clément Secchi.
En realidad la polémica por las medallas de París 2024 no es nueva. Ya durante la cita olímpica en la capital de Francia varios deportistas se quejaron de forma pública por la calidad de las preseas. El skater estadounidense Nyjah Huston se hizo incluso viral al mostrar en un vídeo cómo estaba su medalla de bronce solo 15 días después de haberla ganado.
«Lucía bien cuando era nueva», afirmaba para luego explicar que «después de dejarla en mi piel, con un poco de sudor, y luego dejársela a mis amigos durante el fin de semana, aparentemente no son de tan buena calidad como uno pensaría». «Parece que acaba de regresar de la guerra. Podría haberla ganado en 1982», agregó.
Las críticas llevaron a que se realizaran algunas estimaciones sobre el valor de las diferentes preseas con las que se premiaba a los atletas en París, y entre las conclusiones se llegó a afirmar que mientras una medalla de oro alcanzaría los 863 euros y la de plata los 436, el de la medalla de bronce no llegaría ni a los 5 euros.
El problema con el recubrimiento de bronce de las medallas para los terceros clasificados afectó también a la selección española de natación artística, que se colgó la presea tras un ejercicio de rutina acrobática que le valió un cuarto puesto en la última jornada y un tercero en la clasificación general. Tras comprobar la mala calidad del metal protestó ante el Comité Olímpico Internacional (COI), que llegó a comprometerse incluso a un cambio de las medallas.