

Después de que en 2022 la población China se contrajera por primera vez desde la Gran Hambruna de Mao Zedong, hace más de 60 años, la preocupante tendencia se volvió a repetir el año pasado: la población total cayó en 2,08 millones hasta los 1.409,67 millones de habitantes.
Tras décadas de crecimiento imparable, llegando a convertirse en el país más poblado del planeta, el gigante asiático, superado en población por la vecina India el año pasado, continúa con una histórica recesión demográfica que amenaza con sacudir aún más el lento crecimiento económico de los últimos años.
Según detalló el miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas, en medio de una caída en picado del interés por tener hijos, en 2023 nacieron 9,02 millones de bebés, un 5,6% menos que los 9,56 millones de 2022. Esto representa la tasa de natalidad más baja desde que comenzaron los registros en 1949.
El año pasado también murieron 11,1 millones de personas, lo que elevó la tasa de mortalidad nacional a 7,87 por cada 1.000. Aunque, dentro de estos números, no se ha revelado cuál ha sido el exceso de mortalidad por la embestida del Covid a principios de 2023, cuando las autoridades decidieron romper con las restricciones tras tres años de cierres y confinamientos masivos, y los hospitales se desbordaron por primera vez desde el comienzo de la pandemia.
La superpotencia asiática, hogar de una sexta parte de la población mundial, no para de encogerse. La culpa, según los demógrafos, radica en una serie de problemas que el país arrastra desde hace tiempo.
La China de hoy en día es mucho más cara que la de hace una década. Los costos de la educación se han multiplicado y los jóvenes dan prioridad a su desarrollo profesional. Además, las mujeres también son mucho más independientes que antes, posponiendo la idea de tener una pareja y ser madres. Tampoco hay que olvidarse de la rémora para los bolsillos de las familias que ha sido la política de confinamientos masivos y cierres de ciudades bajo la extrema política de Covid cero.
La situación también debe analizarse con la retrospectiva de la turbulenta historia que arrastra el país con el control radical a los nacimientos. La política de un solo hijo estuvo vigente desde 1980 a 2015. Pekín, ya como potencia mundial, trató de revertir la caída de la tasa de natalidad y el envejecimiento de la población lanzando la política de dos hijos. Pero no funcionó.
Fue en mayo de 2021 cuando se dio un paso más al dar la bienvenida a las familias numerosas. Pero nada ha cambiado y la tendencia, según las previsiones internas, es muy preocupante: en 2035, más del 30% de la población tendrá más de 60 años. Para antes de 2080, se espera que la población mayor de 65 años supere a la población en edad laboral.
¿Qué políticas está ejecutando el Gobierno para que los chinos tengan más hijos? Algunas medidas más evidentes son los incentivos económicos o algunas exenciones de impuestos para aquellas parejas que dejen los anticonceptivos y busquen el segundo retoño. Hay otras más surrealistas como las cada vez más webs de citas que están abriendo las juventudes del Partido Comunista para conectar a parejas jóvenes, a las que luego persiguen tratándolas de convencer de que se casen pronto y de que tengan hijos.
También se han lanzado otros movimientos más polémicos. El año pasado, la agencia de planificación familiar anunció que "promovería los valores tradicionales" para alentar a las personas a tener más hijos. Esto supuso un giro histórico a una política tradicional de abortos en la que se percibía que el derecho a la vida comenzaba desde el momento del parto.
Las autoridades también han comunicado que van a financiar tratamientos de fertilidad "mediante la inclusión de tecnología reproductiva en el sistema médico nacional del país". Se aplicarán además nuevas medidas que incluyen permitir horarios flexibles en el trabajo y la opción de trabajar desde casa para empleados con niños, proporcionar pisos de vivienda pública más grandes o rebajas fiscales a las parejas que tengan hijos menores de tres años.
Hay muchas ciudades que anunciaron más subsidios para los nuevos padres. En la sureña Shenzhen, las parejas que tengan un tercer hijo serán elegibles para una asignación en efectivo de 19.000 yuanes (2.597 euros) hasta que el niño cumpla tres años. En Jinan, en la costa este, las madres que den a luz a un segundo o tercer hijo este año recibirán un subsidio de cuidado infantil de 600 yuanes (82 euros) cada mes hasta que el niño cumpla tres años. Las madres también tendrán derecho a 158 días de licencia de maternidad por cada bebé.