Las acrobacias diplomáticas de Macron ante Putin y Xi Jinping>
Ante la coyuntura comercial y militar mundial y europea, el comportamiento de Macron se explica de manera diáfana.
En la más antigua de las universidades francesas, la Sorbonne, Macron recordó la matriz de todo su pensamiento estratégico: «Europa está amenazada de muerte, si no tomamos las medias necesarias». Dicho eso… ¿qué hacer ante la «gesticulación» y el comportamiento militar de Putin, en el terreno militar y el terreno diplomático?
De entrada, dos anuncios básicos: Europa necesita un defensa propia, solidaria de la OTAN, pero independiente y asociada a la Alianza Atlántica. En ese marco, Francia está dispuesta a enviar soldados a los frentes ucranianos y puede poner su arsenal nuclear (el tercero más importante del mundo) al servicio de la seguridad de Europa.
Como en otras ocasiones, desde la invasión rusa de Ucrania, Moscú pone el grito en el cielo y denuncia el comportamiento de Macron, convoca al embajador francés para «echarle una bronca». ¿Qué hace Macron? Ni inmutarse. El embajador de Francia no tiene ningún inconveniente en estar presente en la nueva 'coronación' del 'zar' ruso. «Lo cortés no quita lo valiente» dice otro refrán castellano.
Los mismos refranes castellanos se han aplicado a la visita de Estado del presidente chino, Xi Jinping. De entrada, Macron había fijado el «marco global» de las relaciones de China con Francia y la Unión Europea: «Debemos defendernos contra el comportamiento de China y los EE. UU., violando las reglas establecidas del comercial mundial».
Cuando Xi Jinping llega a París, Macron lo recibe, en el Elíseo, acompañado de la presidenta de la Comisión europea, Ursula von der Leyen, y ambos repiten al unísono las quejas europeas: Pekín viola normas básicas del comercio mundial, con prácticas proteccionistas amenazantes para los industriales franceses y europeos.
¿Cómo reaccionan Putin y Xi ante el comportamiento de Macron? El presidente chino, a lo suyo: fingiendo una indiferencia absoluta. El presidente ruso, irritado, «denunciando» el comportamiento de Macron. Las «denuncias» rusas confirman que «escucha» y «comprende» la «flexibilidad enérgica» del presidente francés, que corresponde a la lógica histórica de una potencia nuclear.
En tiempos del general de Gaulle, un embajador ruso, comunista, en París, se atrevió a «advertir» al presidente fundador de la V República que las armas nucleares rusas podía «aniquilar» a cualquier Estado europeo. Olímpico, de Gaulle le respondió: «No se preocupe. Moriremos juntos». «A buen entendedor, pocas palabras bastan» dice el refranero español
Los portavoces de Putin han esgrimido el sable nuclear en muchas ocasiones, desde el intento de invasión imperial de Ucrania. Una y otra vez, Macron, sus portavoces y ministros de la Defensa y Asuntos Exteriores, respondieron recordando que Francia «también» tiene un arsenal nuclear propio. «A Dios rogando y con el mazo dando». El «mazo» nuclear permite un lenguaje directo y la flexibilidad imprescindible, en todo momento, a la espera de una oportunidad de diálogo, aparentemente lejana.