Nadal también renuncia a Indian Wells

Apenas tres días después de participar en una exhibición en Las Vegas, contra el joven Carlos Alcaraz, Rafael Nadal comunicó que no participará en el Masters 1000 de Indian Wells, en el que iba a debutar la próxima madrugada frente al canadiense Milos Raonic. El tenista español, que el 3 de junio cumplirá 38 años, confirmó su baja en la antesala del torneo californiano, al considerar que no se encuentra en condiciones óptimas para competir “al máximo nivel”. Por tanto, tampoco estará en el Valle de Coachella, una de sus predilectas y donde se coronó tres veces (2007, 2009 y 2013). Se trata de la tercera cita a la que renuncia el mallorquín esta temporada, en la que previamente descartó jugar en Doha, hace solo dos semanas, y antes en el primer major del curso, el Open de Australia. De este modo, tan solo ha podido disputar el torneo de Brisbane —tres partidos a comienzos de enero—, pero allí sufrió un retroceso en su vuelta a las pistas al sufrir un microdesgarro muscular.

“Con gran tristeza, tengo que retirarme de este increíble torneo en Indian Wells. Todo el mundo sabe cuánto amo este lugar y cuánto amo jugar aquí. Esa es también una de las razones por las que vine muy temprano al desierto para entrenar y tratar de prepararme”, explicó el balear en un comunicado transmitido por medio de sus redes sociales. “He estado trabajando duro y entrenándome, y todos ustedes saben que hice una prueba este fin de semana [el domingo], pero no me encuentro listo para jugar al más alto nivel en un evento tan importante. No es una decisión fácil, de hecho es difícil, pero no puedo mentirme a mí mismo ni mentirles a los miles de aficionados. Los extrañaré a todos y estoy seguro de que el torneo será un gran éxito”, prolongó Nadal, que en estos momentos ocupa el puesto 652º de la lista mundial, por lo que debe recurrir a invitaciones o al ranking protegido para poder participar en los torneos.

Tras casi un año sin competir y después de haber pasado por el quirófano en junio —para reparar el psoas y la cadera—, Nadal no consigue alzar el vuelo. No logra tener la regularidad que desea y en cambio acumula sinsabores. Tampoco disfrutó excesivamente el pasado domingo, cuando se encontró en Alcaraz en el show de Las Vegas. Para el murciano era una mera exhibición; para él, un ensayo en toda regla. Perdió por 3-6, 6-4 y 14-12, pero eso fue lo de menos. Se probó, y el diagnóstico no fue del todo positivo. Allí se le vio con un semblante muy serio y tras emitir un mensaje revelador el día previo al partido —“el objetivo es salir ileso de Indian Wells”—, en la pista no transmitió la mejor de las sensaciones. Contenido en los golpeos y las maniobras, pareció estar más pendiente de no sufrir otro percance físico que de incrementar el nivel para seguir recuperando la forma. Aun así se desplazó a Indian Wells, donde había aterrizado casi dos semanas antes para ir rodándose, con el objetivo de estar presente en el primer Masters 1000 de la temporada. No será así. Hoy por hoy, la prudencia manda. Prevalece el cuidado de su físico para no poner en riesgo la gira de tierra batida que comienza en abril, en Montecarlo.

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