Las restricciones de agua potable no llegarán a Barcelona al menos hasta el verano

Vegetación seca en el parque de Montjuïc de Barcelona, la semana pasada.gianluca

Cataluña entrará en emergencia por sequía en las próximas semanas, salvo que se produzca un episodio de lluvias muy abundante. Pero pese al escenario de emergencia, Barcelona podrá mantener en los próximos meses el abastecimiento de agua potable, porque su consumo es relativamente bajo, 173 litros por habitante y día durante el año pasado. La fase de emergencia tiene tres etapas y si no lloviera, en el peor de los escenarios, las restricciones no llegarían a los grifos de los vecinos hasta verano. Porque no sería hasta la llamada fase de Emergencia III cuando la ciudad superaría el consumo máximo previsto en el plan, de 160 litros por persona y día. Es entre junio y septiembre cuando la ciudad suele gastar más agua potable, por encima de los 170 litros, con datos del año pasado. Si llegaran, las restricciones se materializarán bajando la presión de la red, no cortando el suministro.

Más allá del agua de boca, la declaración de emergencia sí afectará a servicios municipales, como el riego de vegetación y la limpieza de calles. En vísperas este escenario, el ingeniero Jefe del Ayuntamiento de Barcelona, Oriol Altisench, y las responsables de Servicios Urbanos, la gerente Sònia Frias, y de Barcelona Ciclo del Agua, Cristina Vila, han comparecido para explicar qué le espera a la ciudad en los próximos meses.

Riego de espacios verdes. La emergencia sí impactará mucho en el riego de espacios verdes, que en un 80% se riegan con agua potable y en un 20% con agua freática, del subsuelo. En fase de emergencia el decreto de sequía prohíbe regar zonas verdes incluso con agua del subsuelo, pero el Ayuntamiento ha solicitado a la Agencia Catalana del Agua (ACA) poder regar con agua freática, porque la de Barcelona no es potable. El consistorio confía en que el Govern lo permitirá. Pero aún así, el riego solo llegaría a un tercio de los espacios que se riegan en situación normal, cuando no hay sequía. En emergencia se pasaría de tres hectómetros cúbicos al año, a solo 0,87 hectómetros cúbicos. De éstos, una parte son parques o zonas que ya están conectados a las bolsas de agua del subsuelo (como Glòries y su entorno), pero en el resto de la ciudad se tendría que hacer a mano, con cubas de una tonelada de agua. En este caso, se priorizarán árboles y palmeras de grandes avenidas, calles que tienen vegetación (paseo de Sant Joan o la Diagonal), y parques históricos o emblemáticos (el rosal de Cervantes o el parque del Laberint).

Baldeo de calles y limpieza urbana. La emergencia también afectará a los servicios de limpieza viaria, siempre con agua del subsuelo y con 28 camiones cisterna. Para el operativo necesario sería necesario hacer tres turnos que trabajaran 24 horas, por lo que el consistorio, ha explicado Frias, está negociando con los sindicatos cómo organizar estos turnos. Por ahora no está previsto contratar personal.

Piscinas. El Ayuntamiento también ha pedido al Govern poder utilizar agua freática para el rellenado mínimo que se hace de las piscinas públicas y de uso público. En general, en Cataluña el uso de agua del subsuelo está prohibido en fase de emergencia porque en muchos lugares es agua potable, mientras que en Barcelona el agua del subsuelo es “no potable y no potabilizable”, por su composición química y alta en sal.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Ordenanza de aguas grises y nueva infraestructura. A corto plazo, y para aumentar la resiliencia de la ciudad a la sequía, el Ayuntamiento prepara también inversiones en infraestructuras para conectar al freático más zonas de la ciudad y no tener que regar con agua potable; y una ordenanza para obligar a las nuevas construcciones a reutilizar las aguas grises. Esto es, que el agua que las viviendas tiran por los fregaderos, lavabos o duchas tenga un circuito propio y se pueda reaprovechar para tirar la cadena del váter.

Reunión de la mesa de sequía. El próximo 16 de enero está previsto que se reúna la mesa de sequía que capitanea el Ingeniero Jefe del Ayuntamiento de Barcelona, Oriol Altisench, y en la que participan los gerentes de todas las áreas municipales afectadas (limpieza viaria, deportes, parques, servicios sociales...), el ACA, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), la Delegación del Gobierno o las compañías de agua.

La emergencia por sequía, una fase que tiene tres etapas

En el plan de sequía de la Generalitat, la fase de Emergencia tiene tres subescenarios (I, II y III). En Emergencia I, el consumo de los municipios no puede superar los 200 litros por habitante y día. En Emergencia II el umbral es de 180 litros. Y en Emergencia III, de 160. Las restricciones comenzarían si se rebasaran estos consumos. Barcelona está por debajo (173 litros el pasado mes de noviembre). Y la media del AMB es de 170 litros por habitante y día. Por ello no es hasta la fase III de la Emergencia cuando, si no llueve hasta verano, habrá que aplicar restricciones de agua potable en Barcelona.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal