León XIV, un papa corredor de fondo

Un papa que no tiene prisa, quizá por el tiempo que le queda por delante, y que se ha mimetizado con el ejercicio del ministerio petrino sin más personalismo que el de su tranquila idiosincrasia. León XIV es muy consciente de que quienes le han precedido eran personalidades que, por un motivo o por otro, sobresalían incluso por encima del ejercicio de su ministerio. Ha llegado el tiempo de la mar en calma a costa de una menor exposición pública y mediática. Esto también está relacionado con su trabajo en pos de la unidad en la Iglesia, que implica restañar las heridas que se hayan podido crear en el cuerpo eclesial. Por tanto, la clave de este pontificado no está tanto ni solo en el qué, sino en el cómo.

Esta semana hemos tenido en la prensa italiana, gracias a la vaticanista Franca Giansoldati, un interesante ejercicio de verbalización pública de la confianza que el papa tiene con el prior general de los agustinos, el P. Alejandro del Moral. La noticia de que el papa está redactando el esquema de su primera encíclica, que abordará, según este agustino, los temas de su mensaje inicial, y que está preparando un gran movimiento de cambios en la Curia vaticana para después del verano, apuntan a que estamos ante un pontífice corredor de fondo. Esperemos que los efectos de su diseño de la Iglesia se perciban pronto en España. Empezando por la designación del nuevo Nuncio.