El discípulo de Pelicot «Merezco la muerte por mis actos innobles»
El miércoles, el interrogatorio de Maréchal comenzó repasando las declaraciones del acusado durante la instrucción del proceso, comenzando por atroces revelaciones sobre su infancia.
Cilia Maréchal (53 años), la esposa del antiguo camionero de una cooperativa agrícola, cuenta su historia de este modo: «Mi marido me violó en muchas ocasiones. Un día me descubrí desnuda. Mi marido y su amigo Pelicot me miraban con ojos lúbricos. El amigo se escapó por la ventana. Cuando mi marido intento poseerme, lo rechacé y le pedí que no volviera a tocarme nunca«. La esposa no pidió el divorcio, «por razones económicas, no tiene ingresos propios».
Los testimonios policiales y familiares sobre Maréchal, desentierran una infancia atroz. Un padre «bestial» que podía atar a sus hijos para pegarles, borracho, «obseso sexual». La madre, alcohólica, que el marido «ofrecía» a otros hombres, cuando ella se encontraba en estado de coma etílico. La madre murió de cirrosis, una de sus hermanas se suicidó, otra se convirtió en una «drogata perdida».
Con esos antecedentes, Maréchal, tuvo una vida sexual «errática», de los burdeles de carretera a la visita de páginas web porno hard. A través de una de esas páginas conoció a Pelicot. Nació entre ellos una complicidad profunda.
Pelicot pudo «influir» en Maréchal, que violó a su esposa, solo o en compañía (detalle por dilucidar), presentado como «discípulo» en el proceso que juzga a los violadores de Gisèle Pelicot, drogada, durante diez años.
«He sido un violador. Lo lamento. He querido y quiero a mi esposa», afirma Marèchal. Intentando «explicar» sus comportamientos, agrega: «Mi juventud fue una vergüenza, alcohol, sexo, mucho silencio». Maréchal reconoce merecer «un castigo duro« por los »actos innobles« cometidos contra su esposa y la esposa de Pelicot.