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La victoria del Obradoiro ayer contra el Andorra deja a los gallegos con nueve victorias, las mismas que el Covirán y que el Breogán, aunque estos últimos tendrán la oportunidad de distanciarse esta tarde si vencen en la visita del Tenerife. Con el Palencia ya casi sentenciado, son estos tres conjuntos los que pelearán por evitar acompañar a los castellanos a la categoría de plata.
Aún con un Tavares fantástico y un Musa de lo más incisivo, por sorpresa, el Granada cuajó un primer cuarto de categoría en el WiZink. Los triples de Cheatham y los bailes de Felicio en la zona blanca obligaron a los locales a esforzarse al máximo. Y, ante la imposibilidad de Poirier de imponerse bajo los tableros, apareció un brillante Alberto Abalde, que con siete puntos muy seguidos, permitió a los de Mateo mantener el liderato en el electrónico.
Golpeaban con contundencia los blancos, bien Alocén y Llull en la dirección, pero los andaluces siempre encontraban algún resquicio por el que colarse, espectaculares algunas de sus acciones como el mate de un entonado Malik Dime, tremendo el senegalés a la hora de volar sobre Poirier en el ecuador del segundo acto. Sonrisas que desaparecieron tras dos penetraciones de Llull, que pusieron algo de calma en el feudo blanco antes del descanso.
Se esforzaba el Covirán en mantener la tensión pero el Madrid se encontraba cada vez más cómodo, Abalde y Musa lideraban las cargas y los lanzamientos visitantes no eran tan exitosos como en la primera parte. La ventaja madridista aumentó hasta los 20 puntos, no daba opción, y la victoria local estaba cada vez más cerca.
El joven Ndiaye, algo desaparecido en los últimos meses, dio continuidad al gran partido del Madrid desde la línea de tres, aunque el decisión de Wiley, muy fino también desde la larga distancia, forjaron un gran parcial para el Granada que obligó a sus rivales a convertirse en estrategas de cara a los últimos minuto de duelo. Consiguió serenarse el Madrid y Hezonja, con su infinita calidad, cerró el duelo.