En concreto, informa Estadística, el IPC general sube por el encarecimiento de la de la energía y los alimentos. La factura del gas aumenta 2,5 puntos hasta alcanzar un encarecimiento del 4%, mientras que los alimentos suben un 4,7% en abril impulsados por los precios de frutas y legumbres y hortalizas. La electricidad, por su parte, también tuvo una influencia positiva en el IPC general ya que su precio descendió menos que en abril de 2023.
El IPC subyacente -que excluye en su cálculo los precios de la energía y los alimentos frescos- sí se modera y baja cuatro décimas hasta el 2,9%, con lo que este indicador cae por primera vez por debajo del umbral del 3%. La última vez que esto ocurrió fue hace más de dos años, cuando marcó un 2,4% en enero de 2022.
La tasa intermensual del IPC, por su parte, también incrementa, y lo hace en un 0,7% impulsada por el aumento de precios en los grupos de vestido y calzado (que se encarece un 7,1%), hostelería (un 0,8%) y alimentación (un 0,7%).
Según el Ministerio de Economía, «los datos de inflación siguen reflejando la capacidad de la economía española de compatibilizar el mayor crecimiento económico entre los principales países de la zona euro con una moderación de los precios y el mantenimiento del apoyo a los más vulnerables».
«La moderación gradual de la inflación se traduce en la mejora del poder adquisitivo de las familias, que ya han recuperado el poder adquisitivo pre-pandemia con un crecimiento superior al de nuestros principales socios, como ha certificado la OCDE. Asimismo, se mantiene la competitividad de las empresas españolas, con un aumento de la cuota de mercado el pasado año», agrega Economía.