De padres a hijos, de abuelos a nietos
Largo ha sido el camino, pero se ha llegado a la primera meta volante con la certeza de que, de continuar el crecimiento sostenido de los últimos años, ni será la única ni la más importante. Sí la más recordada en años hasta que el sepia tinte la memoria, como ocurrió con la conquista del título de Liga de 1935 y la Copa de 1977, o vaya velando las imágenes coperas de 2005 y 2022.
Si fuera por la energía que desprende el beticismo en estas horas previas a la contienda, el equipo supermillonario que entrena Enzo Maresca no tendría nada que hacer. Mas tanto afecto incondicional tiene un peligro, que el alambique sobre el que se volcará cuando el balón eche a rodar lo termine transformando en presión a los jugadores. Hay calidad de sobra para liberarla a través del balompié solidario y creativo que propone Manuel Pellegrini –otro Manuel que ya pide cincel-, pero habrá que refrigerar vía cabeza fría tanto corazón caliente.
Llegó tu hora, Betis. Hoy, cuando el crepúsculo esté en capilla, media Sevilla se paralizará para vivir una noche tan divina que, ojalá, se transforme en amanecer sólo dos horas más tarde. Lo merece tu gente, te lo debes a ti mismo, lo celebraría el fútbol español. ¡A esta es!