La libertad de prensa muere en Hong Kong: un año y nueve meses de prisión para un periodista por publicar "artículos sediciosos"

En diciembre de 2021, más de 200 agentes hicieron una redada en la redacción del Stand News, uno de los diarios digitales más famosos de Hong Kong. Las autoridades congelaron los activos del periódico y la policía arrestó a varios editores, periodistas y accionistas. Todos ellos fueron acusados de "incitación al odio". El diario cerró en medio de una oleada de represión contra los medios de comunicación tras la ejecución de una ley de seguridad nacional que sepultó la libertad de prensa en la ex colonia británica.

Casi tres años después de aquella redada, los dos principales editores del Stand News fueron declarados culpables de "conspiración para publicar y reproducir publicaciones sediciosas". El primero de ellos, Chung Pui-kuen (55 años), ha sido condenado este jueves por un tribunal de Hong Kong a una pena de 21 meses de prisión.

El otro editor, Patrick Lam (36 años), también fue condenado a 14 meses, pero en su caso ha quedado en libertad debido a su delicado estado de salud. Patrick y Chung ya habían pasado más de dos años en una cárcel de la ciudad. Antes de verano se les concedió la libertad bajo fianza a la espera de la celebración del juicio.

En su veredicto, el juez del Tribunal de Distrito, Kwok Wai-kin, afirmó que se habían analizado 11 artículos -en su mayoría columnas de opinión críticas con las autoridades locales- que causaron "posibles consecuencias perjudiciales para la seguridad nacional". Kwok también aseguró que el periódico se había convertido "en una herramienta para difamar y vilipendiar a las autoridades de China y al gobierno de Hong Kong" durante las protestas y disturbios a favor de la democracia en 2019.

Es la primera vez desde la entrega de Hong Kong de Gran Bretaña a China en 1997 que se declara culpables de sedición a periodistas. Un caso que ha desatado las protestas internacionales. Durante el juicio, la fiscalía argumentó que el Stand News había actuado como una plataforma política para promover ideologías "ilegales" e "incitado al odio" de los lectores contra los gobiernos de China y Hong Kong.

Stand News, que arrancó su web en 2014, ganó muchos lectores durante las protestas pro democracia que sacudieron la ciudad en 2019. Mantenía una línea editorial crítica con el régimen chino. En su página, que sumaba más de 20 millones de visitas mensuales, destacaban reportajes de investigación y multitud artículos de apoyo a los manifestantes.

Tras el arresto de los editores y otros siete periodistas, fueron los propios trabajadores del diario, alrededor de 60 empleados, los que decidieron cerrar una redacción que ya estaba vacía porque la policía se había llevado los ordenadores y archivos durante la redada.

Chung Pui-kuen, el que fuera editor jefe.
Chung Pui-kuen, el que fuera editor jefe.ISAAC LAWRENCEAFP

La cruzada contra la libertad de prensa en Hong Kong arrancó con el cierre en junio de 2021 del Apple Daily, uno de los periódicos históricos y de mayor tirada de la ciudad. Fueron 500 los policías que también allanaron la redacción, se llevaron los ordenadores y detuvieron a cinco editores y ejecutivos. Todos ellos fueron acusados de publicar una treintena de artículos críticos con las represivas políticas de Pekín en la ex colonia británica. El Apple Daily, que justo estaba celebrando su 26 aniversario, comunicó a sus lectores el cierre del periódico.

Hong Kong tiene una mini-constitución, promulgada antes de la transferencia de la ciudad a la soberanía china en 1997, que garantiza la libertad de expresión y de medios de comunicación. Eso pone sobre un papel que Pekín firmó y se comprometió a respetar durante como mínimo 50 años. Pero esa libertad comenzó a caer por culpa de una ley que transforma la crítica y disidencia en delitos de secesión, subversión, terrorismo y connivencia con fuerzas extranjeras. Todos ellos castigados con hasta cadena perpetua.

Después de la ley de seguridad promulgada por Pekín llegó otra cocinada por las autoridades de Hong Kong. Aprobada el pasado mes de marzo, esta última hace que la pena máxima por sedición haya aumentado de dos a siete años de prisión. Incluso la condena podría alcanzar hasta 10 años si se descubre que existe "colusión con fuerzas extranjeras". Es decir, si se relacionara al acusado con algún país o agente extranjero que ha sido cómplice en el delito.

Bajo esta última ley fue condenado la semana pasada un activista de 27 años llamado Chu Kai-pong. Su delito fue llevar una camiseta con un lema de las protestas pro democracia: "Liberar Hong Kong, la revolución de nuestro tiempo".