Este resultado se justifica por el desempeño de las dos primeras economías de la eurozona, Alemania y Francia, que lograron mantener su crecimiento en el caso de la primera y frenar su caída en el caso de la segunda, según la lectura preliminar del PMI de agosto elaborada por la firma de análisis S&P Global. Concretamente, el PMI de los países de la moneda común se situó en los 51.1 puntos. El dato está por encima de los 50.9 puntos de julio y, lo más importante, por octavo mes consecutivo supera la barrera de los 50 puntos, el mínimo a partir del cuál se considera que una economía se contrae. Hay que recordar que el PMI o 'índice de gestores de compra' se basa en encuestas y no tiene la precisión de las estadísticas oficiales, pero aún así es muy útil a los analistas porque se adelanta a la publicación del PIB.
Los expertos ven 'brotes verdes', después de un segundo trimestre en el que, coincidiendo con la fase más crítica de la guerra comercial, la eurozona creció apenas un 0,1% (frente al 0,6% del primer trimestre), arrastrada en buena medida por los malos resultados de Alemania (-0,1%) y Francia (+0,3%). Y sin embargo, dos meses después Alemania encabeza el crecimiento en términos de PMI y Francia, que había sido un lastre en junio y julio, muestra signos de estabilización.
Hay un matiz, y es que en agosto la actividad comercial del sector servicios en la eurozona cayó al mínimo de los últimos dos meses (50.7 puntos), de modo que el impulso se explica exclusivamente por el desempeño moderadamente positivo de la industria manufacturera, que se anotó su mejor resultado de los últimos treinta y ocho meses (50.5) y por primera vez desde abril de 2022 registró más pedidos por parte de sus clientes. Y esto último, por cierto, a pesar de que los nuevos pedidos de exportación (que incluyen el comercio dentro de la zona euro) no dejan de disminuir desde marzo de 2022; de hecho, la caída de agosto fue la más aguda de los últimos cinco meses.
En un análisis para ABC, Nicola Mai, gestor de fondos y analista de crédito soberano de Pimco, apunta a que la caída de los pedidos de exportación indica que «se avecina una debilidad relacionada con la política comercial estadounidense» y que es «probable que esto provoque una mayor flexibilización del BCE, aunque a corto plazo es probable que el banco central siga considerando que la política monetaria se encuentra en una buena posición».
En la misma línea, el Dr. Cyrus de la Rubia, Economista Jefe del Hamburg Commercial Bank, opina que la resistencia alemana se debe en buena medida al hecho de que las empresas estadounidenses adelantaron las compras preventivas, pero advierte sobre la caída de pedidos tanto en Alemania como en Francia, país, este último, que acaba de «salir del pozo» de la escasa demanda extranjera, recuerda De la Rubia.
Sin embargo, y como nota optimista, el jefe de Economía del Hamburg Commercial Bank advierte de que buena parte de los ingresos de exportación y del turismo de los Veintisiete se generan dentro de la UE, cosa que según él explica la aparente resistencia de la eurozona. «A pesar de contratiempos como los aranceles estadounidenses y la incertidumbre general, las empresas de la zona euro parecen estar resistiendo razonablemente bien», zanja el experto.