El escándalo de los carteles contra los hermanos Maragall por el alzhéimer agrava la crisis interna de ERC
Si Esquerra se había convertido en un polvorín desde los resultados de las elecciones autonómicas del 12-M, un nuevo factor ha contribuido en las últimas horas a tensar todavía más las cuerdas.
El ex consejero de la Generalitat y líder del partido en el Ayuntamiento de Barcelona hasta hace medio año, Ernest Maragall, ha responsabilizado al director de Comunicación de los republicanos, Tolo Moya, de los carteles que aparecieron en mayo de 2023, dos días antes del inicio de la campaña de las municipales, con el lema "Fuera el alzhéimer de Barcelona" y una imagen con su rostro y el de su hermano Pasqual Maragall, el ex alcalde de la ciudad y ex presidente catalán que padece esa enfermedad.
En un comunicado difundido hoy a través de redes sociales, Maragall ha expresado que siente "vergüenza y horror por pertenecer, de alguna forma, a un trozo de sociedad capaz de llevar a cabo actuaciones indecentes como los que hemos tenido que recibir y combatir", y ha añadido que los carteles, aunque de poco alcance real, tuvieron gran impacto emocional.
Ernest Maragall fue el cabeza de cartel de ERC para esos comicios, una posición que ya había ocupado en 2019, cuando los republicanos empataron con Barcelona en Comú a diez concejales y lograron casi 5.000 votos más. Ese resultado, sin embargo, no impidió que Ada Colau repitiera como alcaldesa con el apoyo de los ediles del PSC y de la plataforma creada por el ex ministro francés Manuel Valls para esa cita electoral. Maragall no tuvo rival en el proceso de primarias para la siguiente convocatoria y volvió a ser proclamado candidato a la alcaldía.
A raíz de la denuncia de Maragall, los Mossos d'Esquadra identificaron como autores de los carteles a tres jóvenes de Igualada (Barcelona) y comprobaron que detrás de ese grupo estaba un militante de ERC de esa localidad.
Según ha desvelado el diario Ara, ya existía un contrato estable con el militante antes del incidente de los carteles para organizar actos de contracampaña y, tras esa acción contra los hermanos Magarall, cobró más de 3.000 euros de una empresa afín al partido.