El informe de la UCO pondrá a prueba las versiones de Alegría sobre el caso del Parador de Teruel

La titular de Educación, Formación Profesional y Deporte, que ha dado varias versiones de aquella noche hasta que acabó admitiendo que sí pernoctó en el establecimiento, en concreto en la habitación 208 -Ábalos lo hizo en la 101-, siempre ha asegurado que ella no tiene conocimiento ni de ninguna fiesta ni de supuestos desperfectos en la habitación ocupada por Ábalos. «Sólo faltaría que tenga que explicar dónde paso o dejo de pasar la noche», dijo en un primer momento, para posteriormente admitir que «cumplía con mi trabajo como delegada del Gobierno» y «dentro de las atribuciones no está la de sentarte a los pies de la cama de un ministro».

Con varias contradicciones en las horas que se reflejan en las facturas del 'check-in' de Ábalos y en la que ella dijo supuestamente haber llegado al parador, Alegría afirmó que se despidió del titular de Transportes antes de cenar y ya no se vieron hasta la hora del desayuno, ya que Ábalos según las declaraciones cenó en su habitación -pese a que no se refleja en la factura- y ella compartió un tentempié frío junto a Koldo García y la expresidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, en el patio del hotel.

La investigación de los agentes, que actúan como Policía Judicial bajo las órdenes del magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente, están acotando todos los movimientos de aquella noche del 15 al 16 de septiembre de 2020 y los días posteriores. De momento ya han logrado probar que el exasesor de Ábalos compró varios billetes por valor de cerca de 500 euros, cifra que ridiculizan en el entorno de Alegría, para terceras personas ajenas a su equipo. El miedo en el PSOE aragonés, que en público siguen defendiendo que la ministra «nunca ha cambiado su versión» y «nunca ha tenido conocimiento de ninguna fiesta», radica en que la UCO aporte pruebas documentales respecto a una comunicación que distintas fuentes dicen existir entre el parador y la Delegación del Gobierno comunicando lo sucedido durante la madrugada. Tras esa comunicación, indican las mismas fuentes, ella lo habría puesto en conocimiento del entonces presidente de Paradores, Óscar López.

Ambos ascendieron políticamente a los pocos meses, convirtiéndose en ministra y director del gabinete de Pedro Sánchez. Unos ascensos que se produjeron a la misma vez que Ábalos era defenestrado. A partir de ahí Alegría y López forjaron también una alianza con familiares del hombre fuerte del PSOE de Huesca, el más crítico con Javier Lambán, en el equipo de Óscar López y con este promocionando a la dirigente aragonesa para relevar a Sánchez durante los cinco días de reflexión.

La ministra, tras reconocer que sí había dormido en el parador, cuando se vio cercada por las informaciones publicadas, aseguró que «estos ataques se producen porque soy una mujer, porque me llamo Pilar Alegría, porque soy la secretaria general del PSOE de Aragón y porque pretendo arrebatarle la presidencia a Jorge Azcón». Desde su equipo siguen insistiendo en eso, en que «ahora el PP mueve este supuesto informe de la UCO para embarrar a Pilar porque ven que le va a ganar las elecciones a Azcón». Una afirmación un poco osada y, como mínimo, ciertamente alejada a la realidad demoscópica.

Opciones negativas

Las expectativas electorales en Aragón para la ministra de Educación y portavoz del Gobierno en Aragón, cuyas elecciones se podrían avanzar a principios de 2026 si Jorge Azcón no logra aprobar los presupuestos, no son especialmente buenas. Así lo reflejan los diferentes sondeo s internos de los partidos, según ha podido comprobar ABC.

Uno de ellos, elaborado hace pocos días, indica que la candidatura de Pilar Alegría podría llegar a perder seis representantes en las Cortes regionales y 5,5 puntos. La secretaria general de los socialistas aragoneses, si hoy se celebrasen elecciones, sacaría entre 17 y 19 escaños, muy por debajo de los 23 y el 23,9% de los votos que logró en 2023 su antecesor, el recientemente fallecido Javier Lambán.

El hundimiento de Alegría, que sigue siendo la voz del Ejecutivo en cuestiones que generan cierto rechazo a nivel de Aragón, como la financiación singular de Cataluña o la amnistía para Carles Puigdemont, contrasta con el crecimiento del actual presidente, el popular Jorge Azcón. El mandatario autonómico, que en los últimos comicios logró 28 escaños y el 35,5 por ciento de los votos, crecería hasta los 31-32 y el 40,6 por ciento de los sufragios, situándose a solo dos escaños de la mayoría absoluta, que en el caso de Aragón se sitúa en 34 parlamentarios.

Parte de los votos y los representantes que pierde la líder socialista de Aragón los capitalizan la Chunta e Izquierda Unida, que incrementaría el número de votantes y con ello podría ganar uno y dos representantes respectivamente.