España apoya el levantamiento de sanciones a Siria en la nueva era tras la caída del régimen de Asad

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha aterrizado hoy en Damasco 12 años después de que el último embajador abandonara el país fruto de la debacle de las relaciones con el régimen de Asad tras el inicio de la guerra civil. Sin embargo, tras el derrocamiento del dictador el pasado 8 de diciembre, Occidente busca la manera de que el nuevo Gobierno de transición, liderado por HTS, cuente con ellos como socio para reconstruir el país y comenzar una nueva etapa. Es por ello que el jefe de la diplomacia española, tras mantener una reunión de una hora con Ahmed al Sharaa -conocido por su nombre de guerra, Mohamed al Jolani-, se ha mostrado dispuesto a levantar las sanciones al país.

El cielo nublado daba la bienvenida en la capital Siria. Pocos recuerdos quedan de los años de esplendor, ahora el recorrido desde el aeropuerto hasta el centro de Damasco es la imagen del abandono. Pero también hay gestos de esperanza.

Un sentimiento al que el jefe de la diplomacia española se ha querido sumar con un importante símbolo. Nada más llegar, se ha dirigido hasta el edificio de la Embajada de España, donde han izado la bandera nacional en un símbolo de compromiso con la nueva Siria. Una ceremonia solemne 12 años después de la salida del último embajador y del arriado de la enseña nacional.

La ubicación de Siria en el mapa lo convierte en un lugar clave en los próximos meses para el futuro de Oriente Próximo. El de Asad era un régimen sostenido por injerencias extranjeras. Rusia tenía el control aéreo e Irán, a través de Hizbulá, dominaba la fuerza terrestre. Que ambos países dejarán caer al dictador en una incursión de 13 días por el grupo terrorista HTS supone una oportunidad para estabilizar la zona. Y Europa quiere aprovechar esa ventana.

Albares se convierte en el cuarto ministro de Asuntos Exteriores de los 27 en visitar al líder de facto, erigido como presidente interino, en este primer mes de cambios. Acudieron primero sus homólogos francés y alemán y la semana pasada el italiano Tajani. A pesar de que Estados Unidos y la ONU aún consideran a HTS una organización terrorista, han dado muestras de abandono del radicalismo y facilitan todos los contactos con los europeos.

Albares fue recibido por su homólogo sirio en el aeropuerto y desde allí se dirigió a la embajada, donde izaron la bandera en una emotiva ceremonia a la que acudieron el enviado especial, Antonio González Zabala, y el encargado de negocios, Javier Puga. Desde allí, el ministro se dirigió hasta el palacio presidencial, donde le recibió Ahmed al Sharaa.

Tras una hora de reunión, Albares aplaudió su disposición al cambio en una rueda de prensa posterior, en la que comprometió 11,1 millones de euros de España para el país. Seis de ayuda humanitaria, 1,6 de ayuda alimenticia, tres millones para los refugiados y 500.000 para la rendición de cuentas.

El Ministro aseguró que el ex miliciano le había trasladado que quieren una Siria segura y en paz. Además, insistió en que "tenemos que apoyar el levantamiento progresivo de las sanciones, es la forma de ayudar al pueblo sirio".

Lo prioritario ahora mismo es que se reactive la economía del país, que atraviesa una importante crisis desde que comenzó la guerra. Es por ello que el próximo 27 de enero los ministros de Asuntos Exteriores de Europa discutirán el levantamiento de las sanciones impuestas al régimen de Asad.

Como España, el resto de miembros coinciden en que respetar los derechos de las mujeres y las minorías religiosas es la línea roja para que se produzca el levantamiento. También, Albares le ha trasladado a Al Sharaa que aspectos como "las injerencias externas" y "el control del territorio" preocupan a los socios.

Pero hay otras cuestiones a tener en cuenta antes del Consejo de Asuntos Exteriores del próximo 27. Siria es un país que con stock de armas químicas y laboratorios de producción de la droga sintética captagon. El control del arsenal y la destrucción de los laboratorios que financiaron el régimen, convirtiéndolo en un narcoestado, son otras cuestiones que preocupan en Europa. También, a nivel de seguridad, es necesaria la reintegración de los grupos armados.

HTS está formado por 40.000 miembros, de los cuales en torno a 15.000 no se han integrado en el cambio. Además en el norte hay todavía zonas controladas por milicias pro kurdos y hay dos bases militares rusas en el país. Los esfuerzos de Europa están centrados en que la transición cuaje y España, ha asegurado el ministro, va a "caminar a su lado" para lograr "un movimiento político que desemboque en unas elecciones libres".

En la jornada que ha pasado en Siria, Albares también ha visitado la prisión de Sednaya, el "Matadero humano" de Asad donde 30.000 personas fueron asesinadas y miles más, torturadas. También ha mantenido un encuentro con una representación de la sociedad civil para conocer las inquietudes de las minorías.

Otra de las preocupaciones que atañen a Europa es la cuestión de los refugiados. España acoge a cerca de 20.000 refugiados y sigue tramitando solicitudes de asilo. Pese a ello, ha trasladado su "apoyo a la vuelta a Siria de sus ciudadanos si lo quieren hacer voluntariamente y en condiciones dignas respetando sus derechos".