La defensa de Alec Baldwin pide anular el juicio al afirmar que la policía ocultó evidencia
El juicio de Alec Baldwin ha tenido este viernes su momento emblemático. Es ese instante que se convierte en el parteaguas de un proceso judicial. OJ Simpson lo tuvo cuando se probó aquellos guantes negros. La esperanza de absolución para Baldwin llegó en un pequeño sobre color mostaza. Este incluía varias balas calibre .45 como las que mataron a Halyna Hutchins el 21 de octubre de 2021 en el set de Rust. Estas fueron entregadas a la policía en marzo pasado por un “buen samaritano” que aseguró tener las anheladas pruebas que todos buscaban. La defensa asegura que esta evidencia fue enterrada y considera que tienen la fuerza suficiente para anular la acusación de homicidio involuntario que recae sobre el actor y productor del wéstern. Ha sido el giro de guion esperado en juicio de película.
“Usted le ha dado una y otra vez oportunidades a las fiscales, pero desechar el caso es el remedio correcto en este momento”, aseguró Luke Nikas, uno de los letrados que representan a Baldwin. La defensa presentó la noche del jueves una moción para anular el proceso “sin prejuicio”, lo que evitaría que el actor pueda volver a ser acusado del delito. En el documento afirman que la Fiscalía “escondió” evidencia que apuntaba a Seth Kenney, quien fue el proveedor de armas y municiones para la producción. Kenney ha quedado libre de sospecha a lo largo de la investigación, pues no se ha probado que las balas de verdad que llegaron al plató hayan salido de su bodega. Nikas afirma que esta evidencia, de haber sido tomada en cuenta, sería beneficiaría a su cliente.
La acusación ha subrayado lo problemático de esta evidencia. Estas balas fueron entregadas a la policía el pasado 6 de marzo, dos años y cuatro meses después del incidente y una vez que Hannah Gutierrez-Reed, la armera de la producción, había sido declarada culpable de homicidio involuntario. Las balas fueron aportadas a las autoridades por Troy Teske, un policía retirado que había sido también juez en Arizona. Teske las presentó asegurando que eran de la marca Starline Brass de níquel, similares a las halladas en el rodaje.
La fiscal Kari Morrissey asegura que Teske es un personaje que tiene motivaciones turbias en este caso. “El señor Teske es amigo del padre de Hannah Gutierrez-Reed”, ha recordado este viernes a la sala. La inexperta armera de Rust buscaba seguir los pasos de su papá, Thell Reed, un veterano experto de la industria que trabajó en cintas como La leyenda de Wyatt Earp, El tren de las 3.10 a Yuma y en el clásico L.A. Confidential. Gutierrez-Reed, quien cumple una pena de prisión de 18 meses, estaba citada a testificar esta tarde, pero el drama de la nueva evidencia obligó a cambiar los planes.
La presencia de las nuevas balas ha creado momentos de tensión dentro del tribunal de Santa Fe. Todos hablaban de esos proyectiles, pero nadie los había visto. La acusación ofreció hacerlos presentes. Un policía entregó el sobre a la jueza Mary Marlowe Sommer, quien lo abrió. El contenido fue puesto al centro de la sala, donde fue analizado por las fiscales y Alex Spiro, otro de los abogados de Baldwin. La revelación provocó rostros de sorpresa en muchos, incluidos en la togada. Todo esto se hizo con el jurado ausente, pues la prueba aún no era admitido al registro público del juicio.
El descubrimiento hizo que volviera al estrado Marissa Poppell, la perito de la policía que reunió las primeras evidencias del caso. Poppell fue presionada durante horas por la defensa este jueves. Alex Spiro volvió a la carga este viernes, sin que el jurado estuviera en la sala. La jueza Sommers mandó al panel de 16 ciudadanos a su casa hasta el lunes.
-”Cuando Seth Kenney entre al Departamento de Policía con municiones y les dice que es del set de rodaje la procesan y la incluyen con el resto de la evidencia. Alguien más, un antiguo policía, hace lo mismo y les dice que es evidencia no lo toman en serio”, aseguró el abogado con un estilo acusatorio.
-”Nos lo dijo casi tres años más tarde, después de un juicio (...) y nos dijo que era evidencia que la defensa quería y a la que ya no podía dar uso. Fue él quien usó la palabra evidencia”, respondió Poppell, quien fue nuevamente puesta contra las cuerdas.
Spiro la acusó de negligente, Poppell elaboró el informe donde admitía haber recibido las balas de Teske un mes después. “¿Qué hizo en todo ese mes?”, cargó Spiro nuevamente. “Estuve fuera de la ciudad visitando a mi madre moribunda”, le respondió la analista de la escena del crimen.
El abogado no soltó a su presa. Y leyó a la sala las anotaciones que el superior de Poppell hizo al nuevo hallazgo en el caso. “Debe notarse que esto no es evidencia real”, aseguró un teniente. “Nunca en mi vida he visto tal oración en un reporte de la policía”, aseguró el letrado. Las balas de Teske fueron procesadas con un número de evidencia diferente al resto de pruebas recolectadas del caso. “Esto fue enterrado por la policía a pesar de ser evidencia crítica. Fue un plan perfecto de la policía, les funcionó muy bien”, añadió.
Cuando Spiro terminó su turno, Baldwin era otro. Tenía un rostro casi conmovido, como si estuviera a punto de liberar unas lágrimas. Desde ese momento, el actor lució relajado dentro del tribunal, un agudo contraste a lo serio y tenso que se mostró en las dos primeras jornadas. Se levantó en ocasiones y habló con su esposa, Hilaria, quien no ha abandonado su asiento a espaldas de su marido en el área pública. Baldwin incluso se le vio sonriendo. Su defensa ha dado un importante golpe de efecto este viernes.