España no estará presente en la toma de posesión de Nicolás Maduro

España se planta ante la toma de posesión de Nicolás Maduro, autoproclamado vencedor de las elecciones de Venezuela, aunque no muestra las actas electorales. La información, confirmada por fuentes oficiales de Exteriores, es una postura con la que el Gobierno de España quiere mostrar que no legitima al presidente Maduro, aunque también se resiste a llamar "presidente electo" a Edmundo González.

Desde las elecciones del pasado julio, la diplomacia española hace equilibrios para mantener las relaciones con Venezuela, pero condenar la posición de Nicolás Maduro. Así, la Embajada acogió a Edmundo González y negoció con Venezuela para enviar un avión de las Fuerzas Armadas españolas para sacar del país al político, que tiene el estatuto de asilado.

En Venezuela residen 350.000 españoles, muchos de doble nacionalidad. Entre ellos están los dos turistas que fueron detenidos el pasado octubre, acusados de conspirar contra Maduro. Pese a las peticiones españolas, los servicios consulares no han podido visitar a estos españoles en la cárcel.

El tiempo que pasó González refugiado en la Embajada española debilitó las relaciones, por lo que España procedió a relevar al embajador, sustituyendo a Ricardo Santos por Álvaro Albacete. El presidente chavista dio su bendición al diplomático, felicitándose de que ya no habría "injerencias". Una acusación contra la que el Ejecutivo no hizo nada.

A dos días de la toma de posesión de Nicolás Maduro, el Gobierno español muestra su disconformidad a través de un plante. Un mecanismo con el que quiere hacer presión sin socavar las relaciones.