

Un estudio reciente presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer, y publicado en The New York Times, revela que el consumo regular de carnes rojas procesadas, como salchichas, bacon y embutidos, puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia. No es ningún secreto que muchos estudios alerten sobre el peligro en cuanto al consumo diario de carnes rojas. Hay que recordar que existen beneficios para la salud sobre este cambio de patrón alimentario.
De acuerdo con la investigación, que siguió a más de 130.000 adultos durante hasta 43 años, encontró que aquellos que comían dos porciones de carnes procesadas a la semana tenían un 14% más de riesgo de demencia comparado con quienes consumían menos de tres porciones al mes. Sin embargo, el consumo de carne roja no procesada no mostró un aumento significativo en el riesgo.
Los alimentos ultraprocesados, como carnes procesadas, refrescos, yogures saborizados y cereales de desayuno, contienen ingredientes artificiales y niveles altos de azúcar, grasa o sodio, que no se encuentran en una cocina casera. Estos alimentos representan aproximadamente el 58% de las calorías consumidas en la dieta estadounidense promedio.
En la última década, estos alimentos se han asociado con diversas afecciones de salud, incluidas enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, obesidad y ciertos tipos de cáncer y enfermedades gastrointestinales. Debido a la conclusión del estudio, los científicos investigan la relación de estos alimentos procesados con la salud del cerebro.
The New York Times hace referencia a la cantidad de estudios científicos recientes que han encontrado una asociación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y el declive cognitivo. Uno de los ejemplos es una investigación en Brasil con más de 10.000 adultos de mediana edad mostró que aquellos que obtenían el 20% o más de sus calorías diarias de alimentos ultraprocesados experimentaron un deterioro cognitivo más rápido en pruebas de funciones ejecutivas durante ocho años.
Así mismo, otros dos estudios de largo plazo realizados en el Reino Unido y EE.UU. encontraron que un mayor consumo de estos alimentos se relaciona con un mayor riesgo de demencia y deterioro cognitivo. En el Reino Unido, el estudio que fue realizado más de 72.000 adultos mayores mostró que incrementar un 10% el consumo de estos alimentos aumentaba el riesgo de desarrollar demencia en un 25%.
En Estados Unidos, 30.000 personas participaron en la investigación y se encontró que un aumento del 10% en la ingesta de ultraprocesados se relacionaba con un 16% más de riesgo de deterioro cognitivo y un 8% más de riesgo de accidente cerebrovascular. Estos estudios sugieren una conexión significativa entre la dieta y la salud cerebral. Sin embargo, aunque muestran asociaciones y no pueden probar causalidad directa.
"No se puede concluir que si se come cierta cantidad de carne roja procesada, se va a padecer demencia definitivamente", asegura el doctor Dong Wang, profesor adjunto del Hospital Brigham and Women's y de la Facultad de Medicina de Harvard, que dirigió el nuevo estudio sobre la carne roja.
Por otro lado, el profesor de neurología de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, Hussein Yassine subraya que, dado que varios estudios han mostrado resultados similares sobre los alimentos ultraprocesados y su impacto potencial en la salud, debemos considerar estos hallazgos con seriedad. La idea es que, aunque no se pueda hacer una afirmación definitiva, hay suficiente evidencia como para que se tome en cuenta y se investigue más a fondo.
Aunque la investigación sobre esta relación sigue en constante crecimiento, sabemos y conocemos que los alimentos ultraprocesados suelen contener altos niveles de grasas saturadas, azúcares refinados y aditivos que pueden promover la inflamación crónica en el cuerpo, un factor de riesgo conocido para diversas enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
Así mismo, estos alimentos pueden alterar el equilibrio de la microbiota intestinal, la comunidad de bacterias en el tracto digestivo y sin olvidarnos que estos alimentos a menudo son bajos en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y antioxidantes que son cruciales para la salud cerebral.
Aunque se necesita más investigación para comprender completamente todas las formas en que los alimentos ultraprocesados afectan al cerebro, la evidencia existente sugiere que su impacto puede ser negativo, especialmente cuando se consumen en grandes cantidades o como parte de una dieta desequilibrada.