Defensa planetaria: los científicos creen que el impacto de la sonda DART contra el asteroide Dimorphos lo remodeló por completo

La primera operación espacial para desviar voluntariamente la trayectoria de un asteroide y ensayar una futura misión de defensa planetaria sigue siendo analizada por los científicos, que estudian hasta qué punto el impacto de la sonda de la NASA DART contra el asteroide Dimorphos alteró la órbita y composición de esta roca espacial de 160 metros de diámetro el 26 de septiembre de 2022, cuando se produjo ese choque controlado.

El asteroide Dimorphos orbita otro asteroide más grande, denominado Didymos, de 700 metros de diámetro, conformando lo que se conoce como un sistema binario. De ahí el nombre de la misión, DART, que es el acrónimo de Double Asteroid Redirection Test pero también significa dardo en inglés.

Una nueva investigación publicada esta semana en la revista Nature Astronomy ofrece nuevos datos tras realizar una simulación de esta misión estadounidense. En primer lugar, los resultados del equipo suizo liderado por Sabina Raducan, de la Universidad de Berna, apuntan a que el choque no habría dejado un cráter permanente en el cuerpo espacial, como se pensaba, sino que habría remodelado por completo este asteroide.

Así, creen que Dimorphos puede haber cambiado de forma, lo que según afirman, indicaría que se trata de una débil pila de escombros formada por material desprendido de su asteroide Didymos.

Para saber si tienen razón habrá que esperar a la inspección que realizará la nave espacial Hera, de la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo despegue está previsto para septiembre de este año, aunque no llegará hasta diciembre de 2026. Hay que tener en cuenta que esta operación de defensa planetaria se realizó a 11 millones de kilómetros de distancia de la Tierra.

No obstante, el impacto fue monitorizado in situ por un pequeño satélite italiano, LICIACube, que tomó imágenes segundos después del espectacular choque. El momento, retransmitido en directo, fue seguido también por los telescopios espaciales Hubble y James Webb y por observatorios astronómicos terrestres.

La nave, de unos 500 kilos de peso, impactó contra Dimorphos a 22.500 kilómetros por hora. Unos días después, los científicos de la NASA estimaron que su órbita alrededor de su asteroide principal, Didymos (que era de 11 horas y 55 minutos) se había acortado en entre 32 y 34 minutos, más de lo esperado por los científicos de la NASA que diseñaron la misión.

Para saber más

Las imágenes obtenidas retrataron una gran columna de escombros que persistió en el entorno espacial durante meses. Así, el equipo suizo que firma este nuevo trabajo estima que el impacto de DART arrojó al espacio entre el 0,5 y el 1% de toda la masa de Dimorphos y alrededor del 8% de la masa del asteroide se desplazó alrededor de su cuerpo.

Para estudiar cómo reaccionó el asteroide tras el impacto de la nave, el equipo suizo usó un programa diseñado para replicar la ruptura por colisión de cuerpos rocosos al que le introdujeron los datos sobre las propiedades mecánicas y la composición de Dimorphos obtenidas por los instrumentos que observaron el choque. Con este sistema han estudiado otros célebres impactos espaciales como el de la sonda japonesa Hayabusa 2 contra el asteroide Ryugu en 2019.

Sus resultados sugieren que Dimorphos es una roca débil, sin grandes rocas en su superficie, apuntan a que puede ser una pila de escombros formada por el desprendimiento y reacumulación del material expulsado de Didymos. Asimismo, el modelo también indica que es posible que el impacto de la nave DART no haya producido un cráter, sino que habría remodelado la luna en su totalidad (un proceso conocido como deformación global).

Como ha explicado en un comunicado Sabina Raducan, "lo más probable es que el cráter creciera hasta abarcar todo el cuerpo, por lo que Dimorphos terminó completamente remodelado. Como consecuencia, la nave espacial Hera probablemente no podrá encontrar ningún cráter dejado por DART. En cambio, lo que descubrirá será un cuerpo muy diferente", señala. En cuanto al aspecto que habría adquirido tras el choque este asteroide que inicialmente tenía forma de platillo volante, la científica hace esta comparación: "Si piensas que Dimorphos se parecía a un M&M de chocolate, ahora parecería que le han quitado un mordisco".