Las monjas de Belorado acusan a las entidades bancarias de no cumplir la «legalidad vigente» al quitarles el control de las cuentas

En un escrito en el que también condenan el «revuelo mediático» creado en torno al monasterio, acaban en lo que parece una más de sus contradicciones. Por una parte, lamentan la asfixia económica a la que , según ellas, se ven sometidas y que incluso sus trabajadores se han visto «impelidos a ir al obispado de Burgos, a reclamar lo que por derecho les pertenece», pero, sin embargo finalizan planteándose «como necesaria la contratación de servicios de seguridad privada, para garantizar en lo posible nuestra integridad física y la conservación del patrimonio». Lo que no explican es si le pagarán ellas, o también los encauzarán hasta el arzobispado de Burgos para que satisfaga los honorarios.

Desde la diócesis burgalesa han explicado a ABC, a raíz de estas declaraciones, que «en ningún momento se trata de un estrangulamiento económico, lo único que hemos hecho es poner el control de las cuentas bajo su legítimo representante, que ahora es el comisario pontificio». Además, también recuerdan que el pasado jueves, cuando una representación del arzobispado acudió al monasterio una de las integrantes, sor Carmen Ruiz, secretaria de la Federación de Clarisas tenía dos encargos: «Poder hablar con las monjas más mayores y ofrecerse como medio de contacto para que pudieran recibir toda la asistencia económica que necesitasen, pero no le dejaron entrar al monasterio». Sin embargo, las monjas cismáticas sí que son conscientes de este ofrecimiento, que han preferido declinar para no reconocer que el control legal recae en el comisario pontificio.

Desde el arzobispado señalan que «las cuentas no están bloqueadas, sólo ha habido un cambio de firma y se van a pagar todos los recibos y las nóminas cuando llegue el momento». Sobre esta última cuestión, recuerdan que fue el 4 de junio cuando se produjo este cambio de firma, por lo que «la orden de pago para las nóminas de mayo la debieron dar ellas». «Hasta el momento, ningún trabajador ha venido al arzobispado reclamando nada», han añadido.

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