La investigación se inició cuando una vecina del municipio de Cieza denunció ante la Guardia Civil la ausencia de numerosas piezas de joyería de su domicilio que, al parecer, no había sido objeto de ningún tipo de robo.
Desde ese momento, investigadores de la Benemérita recabaron los detalles de cada una de las alhajas desaparecidas del domicilio, conociendo que se trataba de pulseras, anillos y cadenas, principalmente de oro.
Ellos se defienden diciendo que sacaban el dinero que su familiar les decía y que se lo entregaban para que lo guardara en la habitación de una residencia de mayores donde vivía. En el juicio insinúan que podría haber terceras personas
Los guardias civiles llevaron a cabo una serie de inspecciones en establecimientos de compra-venta de oro, lo que les permitió averiguar que las piezas habían sido vendidas tiempo atrás, en un comercio de Cieza. Las joyas aparecían reseñadas en el Libro-Registro del establecimiento, si bien, debido al tiempo transcurrido desde su venta, ya habían sido destinadas a su fundición, por lo que no pudieron ser recuperadas.
La Guardia Civil identificó a la vendedora, que había trabajado en el domicilio de la denunciante como empleada doméstica. La investigación ha finalizado con la detención de la sospechosa, a la que se atribuye la presunta autoría de los delitos de hurto y estafa.
La detenida y las diligencias instruidas fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Cieza (Murcia).