Joe Biden no se presentará a las elecciones para ser reelegido presidente en noviembre
Joe Biden no se presentará a las elecciones de noviembre. El presidente de Estados Unidos, y ganador de las primarias demócratas, ha decidido hacerse a un lado tras la enorme presión de su partido. Así lo ha comunicado en un mensaje en Twitter este domingo.
"Ha sido el gran honor de mi vida serviros como presidente. Y aunque mi intención había sido buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y el país es retirarme de la carrera electoral y concentrarme únicamente en cumplir mis obligaciones como presidente en lo que queda de mandato. A lo largo de la próxima semana me dirigiré a la nación con más detalles sobre mi decisión", dice el comunicado.
En su escrito Biden, significativamente, no menciona ni respalda a Kamala Harris, su vicepresidenta. No está claro ahora mismo qué pasará, si la convención del Partido Demócrata en agosto será abierta, si se presentarán más aspirantes o habrá piña en torno a Harris, que al estar ya en el 'ticket' tiene acceso al dinero de la campaña. No es la más popular, pero sí la más conocida a nivel nacional, con todas las pegas que se quiera.
La presión sobre Biden, de 81 años, ha sido brutal desde que hace tres semanas tuviera una desastrosa actuación en un debate televisado ante Donald Trump. El Partido, pero también la opinión pública, perdieron la fe en él. Biden y su familia y entorno pensaban que él era la mejor opción contra el Republicano, pero poco a poco han ido aceptando la realidad. Las encuestas de un lado, el desplome de los ingresos de la campaña por la preocupación de los donantes, y el cada vez mayor número de congresistas (casi 30), senadores (hasta cinco en público) y el acoso y derribo de la prensa progresista acabó venciendo su resistencia.
En su escrito a los norteamericanos, Biden destaca que en los últimos tres años, durante su mandato, "el país ha hecho grandes progresos como nación". El consenso entre los suyos es que ha sido un gran presidente, pero que era imposible que ganara a Trump. Parece débil, vulnerable, errático, despistado. Mientras que Trump, en su línea habitual, tiene el control absoluto de su partido y un apoyo sin fisuras. Y además, un aumento importante en las donaciones, en especial de multimillonarios de las empresas tecnológicas. Lo que en un proceso tan largo y caro desequilibra el proceso y condiciona el resultado.