Sumergidos en el arte del origami en su único museo en el mundo

Pardo y Moreno han cargado en los últimos doce años con este único rincón del mundo que exhibe obras originales (más allá de coleccionistas exponiendo sus creaciones) de los artistas del origami. El origen de esta disciplina del siglo I d.C. aún se investiga, pero este arte «escultórico» cuenta con una legión de seguidores en Oriente: Japón, Corea y China son las grandes potencias, si bien hay fervor también en Estados Unidos. Desde todos esos puntos, aunque ganan por goleada los franceses, vienen visitantes al Centro de Historias de la capital aragonesa donde se encuentra el Museo EMOZ. «Un hombre en Australia preguntó a ChatGPT dónde podía ver un museo diferente a lo asiduo. Le trajo aquí», presume Moreno, aunque lo explica mejor junto a Pardo, director del museo, con otro dato. «Si al turista en Zaragoza se le pregunta cuánto tiempo va a estar en la ciudad y no pernocta, se le aconsejará ir a la Seo, al Pilar o la Aljafería. Si va a estar dos días, ¡ya aparecemos!». El EMOZ tuvo 29.000 visitantes en 2024.

El museo se hizo realidad en 2013 gracias al impulso de ese grupo zaragozano que se reúne semanalmente desde la primera vez entrados los años 40 y también al del Ayuntamiento, que cede el espacio municipal y otorga una subvención anual. Han sido, no obstante, años de supervivencia difícil por los apuros económicos. Sara Fernández, edil de Cultura y Turismo en el Consistorio zaragozano, reconoce que se quiere dar un empujón al centro, que atrae a los primeros espadas del origami mundial, que han expuesto en Zaragoza o cedido incluso alguna de sus obras, y por el interés creciente que despierta el mundo asiático en Aragón.

«Aquí hay verdadera inquietud» por esta cultura. Fernández remite a varias exposiciones, como la que ocupa la Lonja municipal, y a los salones siempre nutridos del anime y el manga que se organizan en la urbe. Destaca, además, que más allá de la «joya» que es este museo inédito en Europa, la asociación zaragozana «transmite los valores que hay detrás de esta cultura: la reflexión, la constancia y el esfuerzo».

Imagen principal - La edil de Cultura de Zaragoza, Sara Fernández, junto al comisario de exposiciones del EMOZ, Felipe Moreno, muestran distintos tipos de papeles usados para plegar. Abajo, un Pokemon y un ramo de rosas del padre del origami moderno, Akira Yoshizawa. Hasta el 14 de septiembre en el EMOZ se puede visitar la muestra 'Origami Bolivia', con figuras de maestros bolivianos como las de Fernando Chura
Imagen secundaria 1 - La edil de Cultura de Zaragoza, Sara Fernández, junto al comisario de exposiciones del EMOZ, Felipe Moreno, muestran distintos tipos de papeles usados para plegar. Abajo, un Pokemon y un ramo de rosas del padre del origami moderno, Akira Yoshizawa. Hasta el 14 de septiembre en el EMOZ se puede visitar la muestra 'Origami Bolivia', con figuras de maestros bolivianos como las de Fernando Chura
Imagen secundaria 2 - La edil de Cultura de Zaragoza, Sara Fernández, junto al comisario de exposiciones del EMOZ, Felipe Moreno, muestran distintos tipos de papeles usados para plegar. Abajo, un Pokemon y un ramo de rosas del padre del origami moderno, Akira Yoshizawa. Hasta el 14 de septiembre en el EMOZ se puede visitar la muestra 'Origami Bolivia', con figuras de maestros bolivianos como las de Fernando Chura
La edil de Cultura de Zaragoza, Sara Fernández, junto al comisario de exposiciones del EMOZ, Felipe Moreno, muestran distintos tipos de papeles usados para plegar. Abajo, un Pokemon y un ramo de rosas del padre del origami moderno, Akira Yoshizawa. Hasta el 14 de septiembre en el EMOZ se puede visitar la muestra 'Origami Bolivia', con figuras de maestros bolivianos como las de Fernando Chura FOTOS: RAMÓN COMET

Eric Joisel o Akira Yoshizawa, maestro francés y padre japonés del origami moderno, visitaron Zaragoza dando buena cuenta de lo que dice la responsable de Cultura. Moreno confiesa su admiración por el trabajo del galo fallecido en 2010 que, al llegar, incidió en que entregaba una obra a la que había dedicado 35 años de su vida. En otra ocasión, al comisario le sorprendió el desembarco de una grulla con una grúa que ocupaba un campo de fútbol entero.

A propósito de la anécdota, Pardo muestra de su último viaje a Hiroshima –icono de la escalada atómica global– una de las miles de grullas con mensajes que jalonan el monumento contra la guerra en el municipio nipón. La grulla es símbolo de la papiroflexia y la paz en Oriente, como lo es la pajarita en Occidente.

Imagen - Unanumo invertía su tiempo desplegando pajaritas en la que acuñó como «ciencia de la cocotología»

Unanumo invertía su tiempo desplegando pajaritas en la que acuñó como «ciencia de la cocotología»

Otra curiosidad presente en el EMOZ es el rinconcito reservado a uno de quienes admiró este arte de sacar puntas a un único papel, dar volumen y definir qué será un rinoceronte y qué una rosa, Miguel de Unamuno. En un momento en la Salamanca humanista en el que todos daban alas a sus propias ciencias (no tenían móviles), el escritor defendió que él amaba «la ciencia de la cocotología», término que acuñó para mentar la técnica de crear figuras mediante dobleces, sin usar tijeras ni pegamento.

Imagen principal - Hasta el 14 de septiembre en el EMOZ se puede visitar la muestra 'Origami Bolivia', con figuras de maestros bolivianos como las de Fernando Chura
Imagen secundaria 1 - Hasta el 14 de septiembre en el EMOZ se puede visitar la muestra 'Origami Bolivia', con figuras de maestros bolivianos como las de Fernando Chura
Imagen secundaria 2 - Hasta el 14 de septiembre en el EMOZ se puede visitar la muestra 'Origami Bolivia', con figuras de maestros bolivianos como las de Fernando Chura
Hasta el 14 de septiembre en el EMOZ se puede visitar la muestra 'Origami Bolivia', con figuras de maestros bolivianos como las de Fernando Chura RAMÓN COMET

Unanumo aludía, como lo hace hoy Moreno, a la herencia de una manualidad adquirida de sus bisabuelos y abuelos. Ellos superaban aquella «asignatura de las escuelas infantiles» (el pedagogo alemán Friedrich Fröbel introdujo la papiroflexia en las guarderías) creando los clásicos avioncitos, barcos, tirapedos y pajaritas. Unamuno invertía mucho tiempo libre. También lo hace Moreno, que un día paseando por Huesca adquirió su primer libro de papiroflexia y desde entonces monopoliza sus horas. De eso hace ya 44 años.

El infinito en un junco

«Los papirofléxicos somos todos un poco obsesionados; pensamos continuamente en sacar el mejor resultado a un papel. El origami hoy en día es una expresión escultórica. Tienes que ser un artista para sacar una figura de arte de un solo papel. Volumen, geometría, tridimensionalidad, hay mucho detrás». Y también imaginación y creatividad. A partir de un material tan antiguo como el papel y sus distintos pliegues uno desarrolla su propio universo. «Por ejemplo, mi técnica es la del plegado humedecido o 'wet folding', porque mojo el papel con mayor grosor del habitual antes de plegarlo». Unos eligen un tipo de papel y otros lo encargan a la carta. Como «en la música, hay buenos compositores y buenos intérpretes; no todo creador es buen plegador», comenta el presidente del grupo zaragozano de 'origamistas'.

Los aficionados visitan en el EMOZ este verano las creaciones de los maestros de Bolivia, que al igual que el resto de países latinoamericanos ve aflorar con fuerza la atracción viva por esta disciplina asiática sobre todo entre las generaciones más jóvenes y más en varones que en mujeres.