Joan García salva un punto a un Barça gris

Eric de central derecho, Christensen de central izquierdo; Olmo y Ferran titulares. Electricidad inicial del Rayo, muy atento Joan García, que decimos poco del buen resultado que está dando. Muy en su lugar, muy seguro, muy responsable. Salvó el primero del Rayo en una parada de mucho mérito cuando el gol estaba cantado. El Barça empezó despierto, espabilado, como habiendo aprendido la lección de la temporada pasada, que en la primera parte simplemente no estuvo.

Raphinha, que en estos partidos de espacios reducidos le cuesta ser preciso, tuvo lo suyo aprovechando uno de los pocos errores defensivos del rival, pero en lugar de descargar en Ferran, que estaba solo, quiso resolver por su cuenta y falló. La afición se quejaba del precio de las entradas (90-150 euros) con un megáfono casi tan potente como el sistema de sonido del estadio. Partido equilibrado, interesantes desmarques de Ferran, una cierta ofuscación de Lamine Yamal, que tenía dificultades para comparecer en su esplendor.

Noche lenta, pesada, poco brillante en Vallecas. Todo conspiraba contra el espectáculo: el césped, los del megáfono, un Rayo eficaz en la neutralización de las estrellas visitantes y unas estrellas visitantes poco iluminadas, por lo menos durante la primera media hora. Dani Olmo, casi inédito, lo intentó de falta pero el disparo fue tan frágil como su salud. Joan García paraba lo difícil y lo fácil, sin aspavientos, sin adornos, arriesgando cuando era necesario, pero sólo cuando realmente lo era. Raphinha, para no repetir el error de la jugada inicial, podía rematar una contra pero se la dio a Ferran, que falló el remate. Poco fina la asistencia, poco afortunado Ferran.

No había un dominador, ninguno de los dos equipos merecía más que el otro la victoria. Mateo Busquets forzó la interpretación por un contacto de Chavarría a Lamine Yamal -que había hecho una fantástica jugada, es cierto- pero que no fue derribado por el jugador del Rayo. Muy mal el árbitro y el renqueante VAR. Si esta jugada se hubiese podido revisar, el penalti habría sido anulado. Es incomprensible que LaLiga permita que un encuentro de Primera se celebre sin la tecnología reglamentaria. Raphinha cedió a Lamine el lanzamiento del penalti, en atención a lo que la joven estrella exigió al firmar su contrato, e hizo gala de su calidad transformándolo con gran autoridad.

Al filo del descanso Dani Olmo, como los palestinos, no perdió ninguna oportunidad de perder una oportunidad. El Barça creó más ocasiones que juego, noche descontrolada.

Joan García inauguró el segundo tiempo con otra gran y decisiva parada, su mano firme contra el empate. Dani Olmo lo continuaba intentado y continuaba fallando, aunque es verdad que con su juego de posición abría espacios al ataque de su equipo, que sin acabar de domesticar la velada ganó por lo menos en fluidez sobre todo en los espacios abiertos. A Lamine hacían falta tres, no para robarle el balón, que ni tres podían, sino para tirarlo al suelo. La espalda de Balde era un coladero para el Rayo y Christensen tuvo que salvar en el último suspiro el gol local.

El Barça no remataba y dejaba margen para la reivindicación local. Fermín y Rashford entraron por Olmo y Raphinha. En el 65 Fran Pérez empató, libre de marca, a la salida de un córner. El Rayo pudo ponerse por delante en los siguientes minutos pero dos paradas extraordinarias de Joan García lo evitaron. Qué gran portero tiene el Barça. Qué gran acierto, las cosas como son, de Joan Laporta fichando a este chico. Balde -muchas dificultades- y Ferran fueron sustituidos por Gerard Martín y Lewandowski.

Joan García, héroe de la noche, volvió a salvar a su equipo con una serie antológica de paradas y rechaces. El Barça tiene un problema con su defensa y cuando Lamine Yamal, por lo que sea, no comparece.